Si vamos a llegarle al corazón de nuestros hijos, nuestra primera función como padres es guiarlos a la confesión de sus pecados.
Llevarlos a la confesión de su pecado
Es
reconocer su responsabilidad por sus palabras y su conducta sin excusa y sin
culpar a otros. Los niños no pueden confesar lo que no pueden ver.
Hebreos 3:13 - Antes exhortaos los unos a los otros cada día,
mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros sea endurecido por
el engaño del pecado.
[…]
Como están ciegos a su propio pecado, cuando tú, el padre le reclamas por algo,
ellos lo perciben como injusticia. El niño interpreta que hay un error en el
juicio, porque en la manera como él se ve a sí mismo, no coincide con lo que le
estas señalando. Le parece poco amoroso y al escuchar eso se activa su abogado
interno para defenderse. Se siente que lo están acusando injustamente. Por eso
la forma como le señalamos a nuestros hijos sus pecados es importante.[…] Porque
si tu hijo no se ve a sí mismo como realmente es, no verá su necesidad de ser
ayudado y resistirá tu sabiduría como padre. Sólo cuando el niño ve que comete
actos malos, que desea cosas malas es que entonces va a cooperar con la crianza
bíblica que quieres impartirle.[…]
Cuando
el Espíritu de Dios empieza a traer convicción de pecado al corazón de un niño,
el niño va a empezar a desear el cambio. Lo que voy a decir ahora puede
sorprenderte. La Biblia enseña que no tienes capacidad alguna de cambiar el
corazón de sus hijos. Romanos 8:7 nos dice que el hombre natural no se sujeta a
la ley de Dios, pues ni siquiera puede hacerlo.
No
importa cuan bien te manejes como padre, tus hijos no serán transformados en sus
corazones hasta que ellos empiecen a relacionarse con Dios. Nuestra función
como padres es llevarlos a eso. […]
Les
presentaré una serie de cinco preguntas que se pueden usar en cualquier situación
que se presente. Es algo muy práctico que puede servir de orientación. El orden
de las preguntas es importante. Están basadas en lo que la Biblia nos informa
sobre la naturaleza humana. No hay que usar las mismas palabras, lo importante
es el concepto.
1.
¿Qué estaba sucediendo?
Tratar
de obtener un relato de los hechos. No se preocupe si el relato este parcializado,
los seres humanos casi siempre relatan las cosas con parcialidad y prejuicios.
2.
¿Qué estabas pensando y sintiendo mientras sucedía lo que sucedió?
Con
esta pregunta le estamos enseñando que el niño siempre está deseando algo. El
corazón siempre está activo.
3.
¿Cómo respondiste a lo que sucedió?
Esta
pregunta se está enfocando en lo externo. ¿Por qué es esta la 3era pregunta y
no la 2da? Porque mi conducta no es el resultado de mis circunstancias, sino el
resultado de cómo mi corazón reacciona ante las circunstancias.
Aun
si no recibimos de nuestros hijos buenas respuestas, le estamos enseñando a
asumir la responsabilidad de sus acciones en lugar de culpar las circunstancias.
En
la primera pregunta la cámara está enfocando hacia afuera pero a partir de la segunda
se da un giro y se enfoca hacia adentro.
4.
¿Qué querías lograr con eso?
Esta
busca discernir las motivaciones. Con estas preguntas hemos acorralado la conducta
dentro de los pensamientos y las motivaciones del corazón.
¿Que
estabas pensando (pregunta 2) y porque lo hiciste (4)?
En
Hebreos 4:12 se nos dice que la palabra de
Dios es viva y eficaz… poderosa para discernir los pensamientos y las
intenciones del corazón.
El
corazón hace muchas cosas, pero las dos funciones principales del corazón son
pensar y desear. El corazón siempre está pensando y siempre está deseando. Tu
conducta es siempre el resultado de lo que piensas y deseas. Si tus pensamientos
y deseos son malos, tu conducta será mala.
5.
¿Cuál fue el resultado?
Esta
pregunta habla de consecuencias o como dice la Biblia, cosecha.
Gálatas 6:7 - No os dejéis
engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso
también segará.
Si
esta pregunta se enfoca en la cosecha o la siega[..].Las semillas se plantan en
los pensamientos y los deseos del corazón. De ahí surge el tronco de la
conducta y los frutos de las consecuencias.
La
mayoría de nosotros hemos abordado el pecado de nuestros hijos de otra manera.
Le hacemos la primera pregunta y de inmediato pasamos sentencia y dejamos el corazón
intacto.
Como
padres es siempre importante recordar que el cambio es un proceso, no un evento.
La meta de estas preguntas no es lograr que tu hijo te firme un contrato donde
se comprometa a siempre honrar y obedecer a sus padres y someterse en toda
santidad por el resto de sus días.
La
meta de estas preguntas es ayudar a tu hijo de 5 años a conocer un poco mas de su
corazón; El de 11 años a empezar a ver la relación entre su corazón y su
conducta. El de 16 a reconocer sus áreas de debilidad y donde es mas tentado.
Es un proceso.
No cometamos el error de empezar a trabajar con nuestros hijos cuando lleguen a la adolescencia. Muchos padres son indulgentes con sus hijos pequeños porque sus pecados no son “dañinos” y cuando llegan los muchachos a la adolescencia quieren darle un intensivo de crianza.
Un ejemplo
En una
ocasión, escuché un grito de mi niña Chantal de 6 años que proviene de la habitación.
Y al entrar en la habitación lo primero que escucho es: “Papi, Jennifer me
mordió”. Yo voy donde Jennifer y le pregunto:
¿Qué
sucedió? Ella, de 4 años me dice: “Chanty me quitó mi
muñeca”.
• ¿Y
qué pensaste o sentiste cuando ella te quitó tu muñeca?
•
Brava
• ¿Y
qué hiciste? [silencio] ¿Qué hiciste Jennifer?
• La
mordí, pero ella me quitó mi muñeca.
•
Jennifer, ¿contesta solo lo que Papi te está preguntando: “Qué hiciste?”
• La
mordí
•
Entonces te pusiste brava y mordiste a Chantal.
En
lugar de mantener una conexión entre la muñeca arrebatada y la mordida, las preguntas
llevan a la niña a ver una conexión entre lo que sintió y lo que hizo. Eso es teología
bíblica y una niña de 4 años lo está viendo.
Esta
es una oportunidad para trabajar con el corazón de mi niña.
• ¿Por
qué lo hiciste?
• Porque
me quitó mi muñeca. La muñeca es mía.
Probablemente
todos los padres estamos lidiando con este tipo de actitud y uno no quiere
esperar hasta que tu hijo o hija tenga 16 años para tratar con esto.
• ¿Y
qué te va a suceder por eso? [Después de un largo silencio y
repetirle la pregunta un par de veces ella responde]
• Una
Pela
Si
tenemos este tipo de conversación con nuestros hijos año tras años, ya a los 10
años el niño sabe lo que le vas a preguntar. Ya sabe como evaluar su propia
conducta.
Para
llegar al corazón de tu hijo tienes que empezar con tu propio corazón. Recuerden
la importancia de un ejemplo autentico.
Cada
vez que Dios te muestra el pecado de tus hijos, no es una inconveniencia, una
interrupción o una molestia. Dios ama a ese niño que lo ha puesto en una
familia de fe y te revelará sus pecados y faltas para que puedas servir como
instrumento de ayuda y transformación en la vida de ese niño. Eso es parte del
amor y la gracia de Dios con ese niño y es una evidencia de problemas en
nuestro propio corazón cuando lo vemos como una molestia porque nuestro tiempo
está siendo interrumpido.
Voy
a concluir con 4 cosas que sucederán si como padre no estás trabajando con tu propio
corazón.
1. Vas a tener la tendencia de
cambiar oportunidades de ministerio en momentos de ira.
Cada vez que ves el pecado de tus hijos, Dios te está dando una revelación y la
oportunidad para trabajar con el corazón de tu hijo.
2. Vas a convertir el pecado
de tu hijo en una ofensa personal. El pecado de tu hijo no
es principalmente un problema contigo. Frecuentemente tratamos los pecados de nuestros
hijos como si la motivación de ellos es molestarte e incomodarte. Por lo general
eso no es el caso.
3. Tu respuesta hace que la
situación se torne uno contra otro. En lugar de ser tu, para
ayudar a tu hijo, se convierte en tu contra tu hijo. Porque en lugar de ver a
tu hijo como el objeto de tu amor, lo estás viendo como un obstáculo para
obtener lo que quieres. Y la meta es quitar el obstáculo.
4.
Como la meta es quitar el obstáculo,
recurres a soluciones rápidas que eliminen cuanto antes el obstáculo y no
llegas a tratar con el corazón del asunto. Le ladras una reprensión, le
dictas un castigo y sales de la habitación. No se imparte sabiduría. Una oportunidad
para llevar a tu hijo al Salvador se ha desperdiciado.
Puede
ser diferente. Puede ser una oportunidad para ayudar a tu hijo a ver su pecado
y la necesidad desesperada que tiene de un Salvador. […]
Si
Dios te ha revelado tus faltas como padre, (lo ha hecho conmigo), por favor no desperdicies
esta oportunidad tampoco. Dios quiera que no salgamos de aquí y olvidemos estas
cosas. Si eres padre y realmente quieres cambiar la manera que estas criando a
tus hijos agrega esto a tus oraciones diarias. Pega las 5 preguntas en tu
nevera. Pídeles perdón a tus hijos. Y recuerda sobre todo el evangelio.
Cristo
murió para pagar por tus pecados incluyendo los que cometemos al criar a nuestros
hijos. Es una buena oportunidad para confesar nuestros pecados ante el Señor y descansar
en su gracia para ser padres que lleguen al corazón.
Lo
que hemos dicho sobre los niños se aplica a todos. Tal vez has venido hoy sabiendo
que tu vida tiene que cambiar. Los mismos principios se aplican a ti. El primer
paso para cambiar es reconocer tus pecados. Tienes que ver y reconocer que tu
pecado no es causado por los problemas a tu alrededor, tu marido, tu empleo, la
crisis. El problema es tu pecado.
La
buena noticia es que Cristo Jesús vino al mundo a salvar y transformar pecadores.
El
es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Si eres cristiano, pero
quieres cambiar o si no eres creyente y quieres entregar tu vida al Señor y ser
transformado, quita tu vista de tus circunstancias y examina tu corazón.
Confiesa tu pecado ante el Señor. Rinde tu voluntad ante El. Y Él te salvará.
Fuente:Pastor: Luis Arocha, enero 15, 2012, Iglesia Bautista de la Gracia
Fuente:Pastor: Luis Arocha, enero 15, 2012, Iglesia Bautista de la Gracia
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