A los matrimonios que:
A los esposos que:
Sigan adelante y demuestren al mundo que el matrimonio es un regalo de Dios.
“Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa” Salmos 101:2
- Se sirven uno al otro y quieren servir a los demás.
- Trabajan día a día en el fortalecimiento de su matrimonio.
- Son testimonio de unidad para su familia y para otros matrimonios.
- Honran con sus bienes a Dios.
- Oran juntos para sortear las dificultades y para agradecer las bendiciones.
- Aman y obedecen a Dios.
A los esposos que:
- Aman a su esposa con el mismo amor que se aman ellos mismos
- Abrazan, besan y acarician a su esposa.
- Se esmeran por el bienestar de su esposa.
- Toman las decisiones importantes de su familia.
- Tratan a su esposa con amabilidad, aun en las circunstancias difíciles.
- Consideran la opinión y el consejo de su esposa como el más importante.
- Cubren las necesidades económicas de su esposa.
- Involucran a su esposa en sus actividades.
- Se acuerdan de las fechas especiales.
- Perdonan las debilidades de su esposa.
- Oran por su esposa en todo tiempo.
- Permiten que sus esposos ejerzan un liderazgo amoroso.
- Impulsan a sus esposos a iniciar nuevos proyectos.
- Confían en su esposo, porque saben que Dios tiene el control de su matrimonio.
- Hablan bien de su esposo y lo bendicen.
- Ayudan a administrar con sabiduría las finanzas del hogar.
- Ponen en primer lugar las necesidades de su esposo antes que las de otros.
- Se gozan en la intimidad con su esposo.
- Tienen una palabra de aliento y consuelo para su esposo.
- Perdonan las debilidades de su esposo.
- Oran por su esposo en todo tiempo.
Sigan adelante y demuestren al mundo que el matrimonio es un regalo de Dios.
“Entenderé el camino de la perfección cuando vengas a mí. En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa” Salmos 101:2
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