¿Ana, cuantos años tienes?
Ya ni me acuerdo, algunos dicen que 84 otros que 100.
Y ¿Cuál es tu estado civil?
Soy viuda. Estuve casada desde muy joven, como es la costumbre judía, durante 7 años. luego enviudé.
¿Porqué no te volviste a casar?
¿Ana, cuantos años tienes?
Ya ni me acuerdo, algunos dicen que 84 otros que 100.
Y ¿Cuál es tu estado civil?
Soy viuda. Estuve casada desde muy joven, como es la costumbre judía, durante 7 años. luego enviudé.
¿Porqué no te volviste a casar?
Debemos entregarnos nosotros mismos a Dios como sacrificios vivos. Eso significa que debemos darle a Él nuestro tiempo, nuestra energía y nuestro mismísimo ser como actos de adoración y gratitud. Pero siempre debemos tener presente que Dios nos ha dado estas y todas las cosas. Por lo tanto, el dar bíblico se hace en el contexto de la mayordomía, nuestra administración de las cosas buenas que el Padre derrama sobre nosotros.
El concepto de mayordomía comienza con la creación. La creación no solo se celebra en Génesis, sino a través de toda la Escritura, especialmente en los Salmos, donde se declara que Dios es dueño del universo: «Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella; el mundo y los que en él habitan» (Sal 24:1). Dios es el autor de todas las cosas, el Creador de todas las cosas y el dueño de todas las cosas. Todo lo que Dios crea es de Su propiedad. Lo que nosotros poseemos, lo poseemos como mayordomos a quienes Dios mismo ha concedido dones. Dios es el propietario final de todas nuestras «posesiones». Él nos ha prestado estas cosas y espera que las administremos de una forma que lo honre y glorifique.
Pero ¿Qué es determinación? Es tomar la decisión de hacer algo con un propósito, discernir con conocimiento y resolver hacerlo con osadía y valor. O sea que, la determinación en la vida cristiana nos lleva a tomar la decisión de obedecer la Voluntad de Dios y hacerlo con convicción.
La motivación para llevar una vida piadosa con determinación la encontramos, primeramente, en el amor por nuestro Salvador, quien nos sacó de la esclavitud del pecado, nos santifica y nos adoptó en su familia. Y si lo amamos como Nuestro Padre queremos hacer su voluntad. Y ¿Cuál es Su Voluntad? Es nuestra santificación, como lo dice 1 Tesalonicenses 4:3: “...pues la voluntad de Dios es vuestra santificación”.
Y esa es nuestra motivación para llevar una vida llena de fruto espiritual, una vida que glorifique a Dios, como lo que ordena la Escritura en 1 Pedro 1:15: “...como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir”.
La Biblia nos anima a vivir con determinación.
En el libro 2 Crónicas 15:7 dice: “Pero esforzaos vosotros, y no desfallezcan vuestras manos, pues hay recompensa para vuestra obra”.
Por: Linda Linder
Temprano después de que los niños se fueron, me encontré de rodillas ante Dios con una especie de sentimiento vacío, cuando encontré estas palabras:
Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que conforme a las riquezas de su gloria os conceda ser fortalecidos con poder por su Espíritu en vuestro interior. ( Efesios 3:14–16 )
Esa buena palabra me aseguró que Dios me llenaría de su fuerza para la nueva temporada que se avecinaba.
~Dios declara su juicio sobre los asesinos de los niños en el vientre materno.
El Señor tiene una compasión especial para con los débiles cuando son oprimidos por aquellos que son más poderosos que ellos, ya sea el extranjero, la viuda o el huérfano. Amenaza a los opresores con su furor (Éx. 22:21-27). Nadie es más vulnerable que el niño en el vientre.
Por esta razón, Dios incluyó esta ley en su legislación para Israel: “Si algunos riñeren, e hirieren a mujer embarazada, y ésta abortare, pero sin haber muerte, serán penados conforme a lo que les impusiere el marido de la mujer y juzgaren los jueces. Mas si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida” (Éx. 21:22-23).
Algunos defensores del aborto afirman basar sus creencias en la Biblia. Sostienen que las Escrituras no prohíben el aborto. Están equivocados. La Biblia, de hecho, enfáticamente prohíbe el asesinato de personas inocentes (Éx. 20:13) y claramente considera que los bebés que aún no han nacido son seres humanos dignos de protección (21:22-25).
Job describió en detalle la forma en que Dios lo creó antes de que naciera (Jb. 10:8-12). Lo que estaba en el vientre de su madre no era algo que podría convertirse en Job sino alguien que era Job, el mismo hombre, solo que más joven. Dios le dice al profeta Isaías: «Así dice el Señor que te creó, que te formó desde el seno materno, y que te ayudará» (Is. 44:2). Lo que cada persona es, no simplemente lo que podría llegar a ser, estuvo presente en el útero de su madre.
Por Jordan Standridge
Dios nos escucha. (1 Juan 5:15 )
Es una frase que quita el aliento. El soberano creador del universo puede escucharte cuando clamas a Él (Salmo 145:19). Las minúsculas hormigas pecadoras, que se rebelan constantemente contra Él y van tras los ídolos, son escuchadas por el alto y excelso Creador de todo. No sólo nos escucha, sino que cuando oramos de acuerdo con su voluntad, nos concede los deseos de nuestro corazón (1 Juan 5:14 ).
En su carta a los cristianos Tesalonicenses, Pablo revela la voluntad de Dios sobre el tema del sexo antes del matrimonio a “vosotros en el Señor”, es decir, a los cristianos. Es importante darse cuenta de que esto no se limita a una cultura particular de un período de tiempo, porque Pablo dice que esto es lo que recibió de Dios, quien inspiró la escritura de las Escrituras (como explica 2 Timoteo 3: 16-17 ), sobre “cómo debes caminar y agradar a Dios ( 1 Tesalonicenses 4: 1
) "
Si no vive de esta manera, está viviendo como la gente “que no conoce a Dios” (vs 5), es decir, incrédulos. Entonces, si una persona vive de esta manera, no debe llamarse cristiano.
Aquí está el pasaje ...
1 Tesalonicenses 4 : 1 Por último, hermanos, les pedimos y exhortamos en el Señor Jesús, que según hayan recibido de nosotros cómo deben andar y agradar a Dios, tal como lo están haciendo, que lo hagan cada vez más. . 2 Porque sabes las instrucciones que te dimos por medio del Señor Jesús. 3 Porque esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación: que os abstengáis de la fornicación; 4 para que cada uno sepa dominar su propio cuerpo en santidad y honra, 5 no en la pasión de la concupiscencia como los gentiles que no conocen a Dios; 6 que nadie transgreda y agravia a su hermano en este asunto, porque el Señor es vengador en todas estas cosas, como les dijimos antes y les advertimos solemnemente. 7 Porque Dios no nos ha llamado a la impureza, sino a la santidad.
Cuando Booz encontró a su futura esposa tendida a sus pies en la oscuridad de la noche en el piso de la trilla, dijo: “Ahora, hija mía, no temas. Haré por ti todo lo que me pidas, porque todos mis conciudadanos saben que eres una mujer digna ”(Rut 3:11 ). A través de su feroz lealtad, su valor inquebrantable, su dependencia hacia Dios y su iniciativa sumisa, Ruth había demostrado ser una mujer digna, digna de respeto y admiración, y digna de la devoción de un esposo.
Sin embargo, mientras deambulamos por la dignidad de Rut, nos encontramos con un hombre de igual valor, el tipo de hombre en el que una mujer como ella podría confiar y seguir.
Por: Sheila Dougal
Tenía 19 años y estaba en un estacionamiento con quien, en ese momento, llevaba casada dos meses; nuestro Volkswagen escarabajo de 1962 estaba entre los dos. Ansiaba ir a la iglesia. Cuando se lo expresé, mi esposo me miró con una mirada que decía: ¿De qué estás hablando? Era como si yo estuviera hablando un idioma extraño. Para su corazón incrédulo, lo estaba.
Yo era una joven cristiana y entendía que estaba contrayendo matrimonio con otro cristiano cuando nos casamos. Él le había dicho a la iglesia donde crecí que creía que Cristo murió por sus pecados y lo bautizaron. Pero pronto comencé a darme cuenta de que mi nuevo esposo no compartía mi esperanza en Cristo. Este septiembre se cumplen 28 años de ese día y aún no compartimos el mismo amor por Jesús.
Si la fe es como una pequeña semilla que se convierte en un árbol frondoso, entonces mi matrimonio es el clima en el cual crece mi fe. Dios no ha desperdiciado mi matrimonio con un no creyente en estos 28 años.
Revelando mi superpoder
“Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con
pudor y modestia, no con
peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos; sino con buenas
obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad”.
La mujer
modesta quiere agradar a Dios con su vida, quiere mostrar lo que Cristo hizo
por ella en su manera de vivir, incluso en su arreglo personal. Ella se viste
con ropa decorosa, decente y se adorna con sencillez primeramente para el Señor
y, si es casada, para su marido. No se peina ostentosamente, ni se maquilla de
manera sugestiva o usa vestidos seductores. Ella quiere verse bella, femenina y
delicada porque quiere mostrar con su apariencia física lo que hay en su alma,
Ella sabe que su mejor vestido y la mejor forma de mostrar su belleza es con
“buenas obras”, con su comportamiento.
La mujer
modesta cumple la voluntad de Dios
en cuanto a su apariencia exterior e interior, porque la modestia no solo es
externa, sino que viene de un corazón arrepentido y humilde que quiere mostrar
su nueva vida en Cristo a través de su aspecto pudoroso,
decente, recatado.
Qué es lo
que tu vestimenta y tu apariencia dicen acerca de ti? ¿Sabes que tu cuerpo le
pertenece a Dios? ¿Qué el propósito de tu cuerpo es glorificar a Dios? ¿Qué en la
forma en que adornas tu cuerpo estas enviando mensajes a quienes te rodean? Evalúa tu guardarropa y que sea para la gloria
de Dios.
Miremos que dice la biblia de
esta mujer:
Prov 21:9 “Mejor es vivir en un rincón del
terrado Que con mujer rencillosa en casa espaciosa"
Esta misma afirmación es tan
grave que la biblia lo menciona en dos pasajes: Proverbios
21.9 y 25.24. y
Lo que quiere decir es que esta mujer es tan insoportable que nadie puede, ni
quiere vivir bajo el mismo techo que ella. Es mejor vivir en un rincón de
la terraza de su casa que con las comodidades que tienes al lado de ella.
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Y él
respondió: Ve, porque yo estaré contigo. Éxodo 3:11-12a
¿Quién soy yo? Antes de conocer
al Dios vivo y verdadero éramos, como lo describe romanos 3:1:12
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No
hay quien entienda, No hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”
Pero Dios no nos dejó ahí, sino que:
“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados
con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos
salvos por su vida. Romanos
5:10
Ahora, luego de ser redimidos por su sangre, de ser escogidos y
llamados por El, somos sus instrumentos, que aunque de barro, valiosos ante sus
ojos. No por nuestros méritos, capacidades o posición, sino por causa de su
Hijo santo y amado que nos reconcilió con el mismo.