Un piloto automático es un dispositivo que puede guiar automáticamente un avión o un barco, sin la ayuda, ni atención del piloto. Se diseñó para que hiciera ciertas tareas en momentos específicos.
En el noviazgo, nos esforzamos todo el tiempo para demostrarle al otro que es la persona más importante en nuestro mundo, pero una vez iniciado el vuelo, dejamos nuestros matrimonios en “Piloto Automático”, dejando que la vida de pareja sea parte de la rutina diaria, sin esfuerzos adicionales, sin cambios, ni sorpresas, sin ayuda ni atención de parte de los cónyuges.
La rutina diaria es común a la vida del ser humano y no es malo tenerla, pero no podemos permitir que afecte la relación de pareja, reaccionando ante cada situación con los mismos comportamientos y actitudes, dejando que desaparezcan las atenciones y mecanizando hasta las relaciones sexuales.
La rutina adormece la creatividad, crea paradigmas, genera pasividad y estancamiento. Permite que las cosas sucedan simplemente, nos deja cómodos en nuestro sitio, tal vez esperando que las cosas cambien, pero sin ningún trabajo extra.
¡Deje el piloto automático y utilice los controles manuales para mantener sus habilidades!
La vida conyugal es más que mantener la casa en orden, trabajar responsablemente, cuidar bien de los hijos; a estas actividades tan importantes en la vida familiar hay que agregarle ingredientes que le den sabor a lo cotidiano.
Cuídese para su cónyuge, escríbale cartas de amor, dígale frases amables, dedique un tiempo especial para los dos solos, prepárele una cena romántica, llévele flores, cómprele un regalo sin motivo, celebre las fechas especiales, programe un encuentro diferente para tener intimidad sexual. Una vuelta por el parque, alquile una película y prepare palomitas de maíz, dele toda la atención, pregúntele como se siente, acaricie y bese todas las veces que se le ocurra, repita frases como “te amo” “eres muy importante para mí”. En fin, es hacer todo lo que se le ocurra para que su cónyuge sienta lo importante que es para usted.
Hoy, trabaje para que su matrimonio esté en excelencia, como es el deseo de Dios; ordene sus prioridades, organice actividades con su cónyuge que ambos disfruten y fomente la comunicación.
Llegarán circunstancias ajenas a su voluntad, en donde no pueda estar dispuesto para su cónyuge (enfermedad, viajes, factores emocionales) y la mejor ayuda será el “piloto automático”. Será el tiempo de recoger lo que ha sembrado, porque con el más mínimo esfuerzo, su cónyuge se sentirá amado y podrá descansar y estar confiado.
“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes” 1Pedro 3:8
REFLEXIÓN:
La rutina es un enemigo silencioso del amor y para salir de ella, se necesita voluntad y creatividad más que dinero o tiempo.
Poner atención en el otro, más que en cualquier actividad o interés personal, trae la mejor recompensa: seguir más enamorados que cuando se casaron.
1 comentario:
Gracias por esta reflexión, de verdad que la rutina es uno de los peores enemigos del matrimonio, hay que hacer el esfuerzo por mantenerla alejada de la relación matrimonial. Gracias, esta reflexión me ha ayudado a pensar en eso...
Dios les bendiga.
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