ESTOY TENTADO A...


Mejorar mis ingresos … con este negocio ilegal.
Sentirme amado … en una aventura amorosa.
Hacer compras … aunque tenga que endeudarme.
Obtener el éxito … por encima del otro.
Conseguir una buena reputación … sea como sea.
Estos son ejemplos de la vida diaria que muestran nuestros deseos o necesidades, pero resueltas con métodos que van en contra de la voluntad de Dios, porque destruyen vidas y familias.
La tentación es una oportunidad que se presenta para satisfacer temporalmente nuestros deseos “engañosos” o necesidades a como dé lugar, rápidamente y con poco esfuerzo. Y es ahí donde radica la caída, queremos obtener nuestro propio placer sin importarnos, ni el medio para lograrlo, ni el bienestar de los que están a nuestro alrededor, pasando por encima de los mandamientos de Dios.
Cuando se presenta la tentación, rechazarla inmediatamente es la más sabia decisión, pues mientras más tiempo estemos expuestos a la tentación más probabilidad tendremos de caer en ella.
¿Qué hacer?
Actuar como pareja nos ayuda en la tentación, porque el uno fortalecerá al otro, en su momento. Algunas recomendaciones para que usted ayude a formar una muralla de protección en contra de todo lo que pueda afectar o dañar la relación matrimonial:
Vigile: Los deseos y necesidades físicas, financieras o emocionales insatisfechas hacen el ambiente perfecto para sucumbir a la tentación. Esté atento a observar y conocer muy bien sus insatisfacciones y las de su cónyuge para poder detectar cualquier descontento: “Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.» Mateo 26:41

Comunique y actúe: Uno de los propósitos del matrimonio es que proporcione satisfacción mutua, es por eso que si detecta que existe en su cónyuge o en usted, una carencia, afectiva, sexual o económica y está en sus posibilidades suplirla, actúe para que cuando venga la tentación puedan decir fácilmente “no me interesa”: “Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer” 1 Corintios 10:12
Ore: Jesucristo mismo sufrió la tentación, pero a diferencia de nosotros, siempre la venció. Es por eso, que puede pedirle en oración que sea su ayuda para vencer cualquier circunstancia y suplir toda necesidad: “Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados” Hebreos 2:18
Fortalézcase: Ninguna tentación es más fuerte que usted, por eso cuando toque a su puerta, refúgiese en Dios para que le ayude a resistirla. Ponga límites, huya de cualquier situación que lo ponga en desventaja: Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir” 1 Corintios 10:13
Salga victorioso: Vencer la tentación, es obedecer a Dios, es adquirir madurez, dominio propio e integridad: Dichoso el que resiste la tentación porque, al salir aprobado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a quienes lo aman” Santiago 1:12
REFLEXION:
La Biblia es el manual de vida por excelencia, allí encontrará todas las respuestas sabias y verdaderas para vivir en integridad. Consúltela, medítela y obedézcala, así reconocerá la tentación y evitará caer en pecado por falta de conocimiento.

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