"Bienaventurado el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo lo que puedes desear, no se puede comparar a ella." Proverbios 3:13-15
1. Sé
un modelo a seguir. La forma en que tu manejes el dinero, será probablemente como tus hijos manejen el suyo. Un buen modelo para que tus hijos sigan, es que trabajes
honradamente, manejes un presupuesto, ahorres, compres mesuradamente, no tengas
deudas inmanejables, no seas un avaro y diezmes en la iglesia.
2. Dios
es el dueño de todo. Tus
hijos deben aprender que todo lo que tienes es dado por Dios y eres su
administrador. Reconocer que
todo lo que posees viene del dador de todo bien. ¿Tienes riqueza, influencia,
poder? Te fueron dados por Dios. ¿Tienes escases? Dios en su soberanía decidió
que era lo mejor para ti. Recuerda que no son tuyos, sino que te son prestados
de lo alto.
3. Revisa el presupuesto familiar: Deja
que tus hijos vean como cada mes te sientas con mamá a revisar el presupuesto,
cuéntales que hay responsabilidades ineludibles que cada mes hay que pagar. Enséñale
cuales rubros son más importantes que otros y la importancia del ahorro. Puedes
hacer ejercicios con tus hijos para que ellos den ideas de cómo mejorar los
ingresos o como disminuir los gastos (por ejemplo como ahorrar energía, agua y
gas).
4. Revisa para comprar efectivamente: Puedes
hacerlo participe a la hora de hacer compras. Si vas al mercado, pueden revisar
juntos la despensa y el refrigerador para hacer una lista efectiva de lo que
realmente necesitan. Si tu hijo pide unos zapatos o ropa, pueden ir
juntos a revisar su ropero y verificar si realmente lo necesita. Cuando lleguen
al mercado o al comercio, revisa con él los precios e instrúyelo en calidad vs
precio. Puedes llevar una calculadora para que se entusiasme con las cuentas.
5. Dale una mensualidad: Asígnale a tus
hijos una mensualidad para que ellos administren. Puedes implementar pequeños trabajos
dentro del hogar que serán pagados al final del mes o la semana, así apreciarán
el valor del dinero. No se trata de
pagarle por ser responsable de los deberes normales como por ejemplo hacer sus
tareas escolares, lavarse los dientes, o comer sanamente, más bien por ayuda a
sus padres o hermanos, para que no se acostumbre a recibir algo a cambio de ser
responsable. No se la des antes de tiempo, para que no se acostumbre al
“crédito” sino mas bien a gastar lo que tiene.
6. Anímalo a tener su propio presupuesto: enséñale
que desde pequeño puede tener un presupuesto que le ayudará a administrar su
mesada y a alcanzar ciertas metas; por ejemplo: una parte para el diezmo, otra
para ahorro, otra para comprar ese juguete que quiere. Invítalo a que te
acompañe al banco y si ya es grandecito, anímalo a tener su propia cuenta de
ahorros. Si es pequeño, puedes poner unos envases de vidrio con etiquetas
llamativas que tengan los nombres de cada categoría de su presupuesto o también
una alcancía donde tenga que esperar a llenarla para gastarla.
7. Establece límites: Por mucho que ames a
tu hijo, no le compres todo lo que pide, pues se acostumbrará a obtener las
cosas de manera fácil y no le ayudará a establecer prioridades, además crecerá
siendo un egoísta, que merece todo lo que quiere. Incítalo a ser generoso, a compartir con sus hermanos y amigos. Enséñale a ahorrar con
objetivos claros y permítele que experimente las consecuencias de sus malas
decisiones, para que fortalezca su responsabilidad.
8. Enséñale a depender de su Padre Celestial:
Ora con el para que aprenda la importancia de depender de Dios para suplir sus
necesidades, enséñale a orar por la economía del hogar y pide con él sabiduría para
administrar correctamente lo que Dios ha provisto.
9. Enséñale a comprar de contado: Con tu
ejemplo puedes enseñarle que no tiene que endeudarse para comprar lo que quiere,
no le adelantes sus mensualidades ni lo lleves a comprar lo que quiere para que
luego te lo pague, asi se ejercitará en dominio propio para enfrentarse a un
mundo consumista.
10. Que valore lo que tiene: Una forma de
enseñarle a no despilfarrar el dinero o a no dejarse llevar de la publicidad
que lo incita a comprar, es mostrándole que sus pertenencias son valiosas y que
no hay que cambiarlas por otras más nuevas por el simple hecho de que “todos
tienen la nueva versión” una forma para lograrlo es reflexionando en la
pregunta ¿Qué sucede si no lo compras?.
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