La magnitud de la influencia femenina

A través de la historia de la humanidad muchas mujeres han dejado el propósito de ser ayuda idónea para el hombre y han usado sus encantos, su belleza o su sexualidad para  hacer caer aun a los más valientes, audaces, poderosos, sabios  y feroces de los hombres. Por causa de muchas mujeres se han desplomado imperios, se han perdido guerras, se han destruido familias, empresas y misiones. Reyes, generales, presidentes, profesionales, científicos y hasta hombres comunes  han sido cegados por los encantos de una mujer.

Una de ellas fue Dalila, una mujer de la que se enamoró Sansón, un importante juez que gobernó a Israel durante 20 años. Sansón era conocido porque liberó a su pueblo después de haber estado 40 años esclavo de los filisteos. Era popular y respetado porque los protegía y los mantenía a salvo de sus enemigos; pero también conocido y temido entre los pueblos vecinos, especialmente entre los filisteos por haberlos derrotado y dado muerte a muchos de ellos. Todos los que lo conocían, amigos y enemigos, sabían que era un hombre clave para la región. Para unos su vida significaba seguridad, para otros, destrucción.

Este hombre, tan importante y primordial en la vida de la antigua Palestina, demostró que a pesar de su fortaleza tenía una debilidad: su gusto por las mujeres. Naturalmente esto era conocido por sus enemigos y le causó muchos problemas.

Sansón tenía una relación amorosa con Dalila y, aunque la Biblia no dice explícitamente quien era ella, nos muestra que su interés en esa relación no era precisamente el amor.


Dalila seducida por el dinero

Una vez que se establece una estrecha relación entre Sansón y Dalila, ella tiene una inesperada visita: cinco ilustres príncipes filisteos, que le hacen una atrevida propuesta: Seduce a Sansón para que te diga cómo lo podemos vencer. “Persuádelo, y ve dónde está su gran fuerza, y cómo podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo.  Entonces cada uno de nosotros te dará mil cien piezas de plata”, Jueces 16:5. Aunque las Escrituras no nos dan todos los detalles de este convenio, sabemos que ella aceptó.

¿Cuál era la reputación de Dalila, que se atrevieron a hacerle semejante propuesta? ¿Por qué no enviaron delegados? ¿Tanto dinero? ¿Por qué no la amenazaron como a la primera esposa de Sansón? ¿Necesitaban una aliada confiable? Lo único que sabemos es que este plan cumplió su objetivo y el corazón de Dalila no pudo resistir el cuantioso soborno.

¿Qué tan importante es el dinero y las posesiones para ti? ¿Harías lo que fuera para conseguir lo que quieres, aun menoscabando la honra de tu marido? ¿Qué estás reflejando como mujer y como esposa? ¿Se atreverían otros a hacerte propuestas indecentes?

Dalila persevera en su maldad

Esta mujer sin escrúpulos elaboró un plan para sacar la confesión de Sansón, y usó las mismas artimañas que muchas mujeres de distintas épocas han usado y usan para seducir y obtener los deseos de su malvado corazón: la intimidad de la alcoba, un sueño reparador, los sentimientos, la confianza, la cercanía. Dalila preparó varias veces su trampa para que le revelara su secreto y aunque la tarea no fue tan fácil como lo esperaba, no desistió, más bien rogó, lloriqueo, reprochó y buscó por todos medios lograr su objetivo: recibir la fortuna prometida producto de la pesquisa traidora.

Sansón subestimó el comportamiento de Dalila, distrayéndola con falsa información y tratando de satisfacer su curiosidad femenina, porque él confiaba en su amor.

Primer intento: Rogándole en su aposento le dijo atrevidamente: “Te ruego que me declares dónde está tu gran fuerza y cómo se te puede atar para castigarte”,  Jueces 16:6.  Pero Sansón le respondió haciéndole creer que había una manera mágica de atarlo para que pudiera ser inhabilitado.

Segundo intento: Rogó una vez más culpándolo: “He aquí tú me has engañado,  y me has dicho mentiras;  descúbreme,  pues,  ahora,  te ruego,  cómo podrás ser atado”, Jueces 16:10,  y nuevamente recibió una respuesta engañosa.

Tercer intento: Manipula a Sansón con sus sentimientos heridos, hace un drama de su engaño: “Y Dalila dijo a Sansón: Hasta ahora me engañas, y tratas conmigo con mentiras. Descúbreme, pues, ahora, cómo podrás ser atado”  Jueces 16:13. 

¿Eres experta en presionar con palabras y hacer dramas para obtener tus deseos egoístas? ¿Eres tan persistente para fines superfluos? ¿Usas la misma constancia para conservar tu matrimonio o para ser una mejor ayuda idónea?

Dalila destruye al líder

Dalila irritada por no haber conseguido lo que quería, le reclama una y otra vez su lealtad. Irónicamente ella le exige lo que no está dispuesta a dar: una entrega total, una verdadera demostración del amor respetando su liderazgo. “¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza” Jueces 16: 15.

Fue tal la persistencia, el acoso y la presión de Dalila, que llevó a su líder amante a “mortal angustia”, por tener que escoger entre serle fiel a Dios o a su hermosa mujer, “Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustiaJueces 16:16

A tal punto llegó la insistencia que Sansón decidió “descubrirle su corazón”. Como no soportaba más su fastidiosa e impertinente terquedad, violó la confidencialidad de su voto: "Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres." Jueces 16:17.

Por fin la espía de los filisteos conoció uno de los secretos mejor guardados de la historia del pueblo de Israel, y con un corazón frio y despiadado, planeó la fase final de su artimaña, hizo que él se durmiera sobre sus rodillas, y llamó a un hombre que le rapó su cabeza. Dalila recibió el pago de su traición, pero fue el fin del liderazgo de Sansón como juez, pues quebrantó su relación con Dios, y asumió terribles consecuencias: Fue desacreditado, humillado, tratado con crueldad y exhibido como un trofeo, le sacaron los ojos, lo llevaron a la cárcel y lo ataron con cadenas a un molino para trabajar. Sansón reaccionó ante su calamidad con arrepentimiento y Dios le devuelve su fuerza para morir como un mártir, destruyendo a los enemigos suyos y de su pueblo.

Aunque Dalila no fue la única responsable del ocaso de este líder, fue el personaje más importante en las manos de los enemigos de Sansón. Ambiciosa, inescrupulosa, manipuladora, egoísta, persistente, dura de corazón, libertina, sagaz, traicionera, infiel, engañosa uso sus encantos para seducir,  manipular y destruir un hombre de Dios.

¿Mis caprichos están llevando a mi esposo a la ruina espiritual y económica? ¿Cuál es mi comportamiento cuando quiero obtener algo de él, lo llevo a mortal angustia obligándolo a tomar decisiones que lo desacrediten y lo desmoralicen? ¿Cómo son mis palabras, lo levantan o lo destruyen? ¿Traiciono la confianza de mi esposo contando a otros sus secretos? ¿Estoy siendo un instrumento para fortalecer el liderazgo de mi esposo?


Esta historia de la Biblia, nos muestra el corazón femenino debilitado por los mismos deseos pecaminosos que están en cada una de nosotras. Dalila ilustra a vida de tantas mujeres que de manera egoísta han pensado en su propio beneficio, sin pensar en las trágicas consecuencias para otros. Puede que no tengamos por esposo a un presidente, un general o a un insigne juez, sino solamente al líder de nuestro hogar, pero si solamente pensamos en sacar ventaja o ganancia en todo lo que hagamos, (Las compras, las inversiones, la crianza de los hijos, los viajes, las labores en casa, nuestra vestimenta, los alimentos, los horarios de descanso, el trabajo) presionando, obligando y manipulando con lágrimas, reproches, o quizá negándole la sexualidad, destruiremos su liderazgo volviéndolo apagado, indeciso, desconfiado, violento e infiel. “Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón”, Proverbios 6:26.

Nuestra responsabilidad es reconocer nuestro pecado, mortificarlo y buscar a quién puede cambiar nuestro malvado corazón, a Jesucristo, quien nos enseñará lo que es el amor verdadero “El amor…no hace nada indebido, no busca lo suyo”, 1 Corintios 13:5. Oremos al Espíritu Santo para que guarde nuestro corazón y nos de sabiduría en nuestra labor para ser ayuda idónea, siendo instrumentos en manos de nuestro Dios para realzar, fortalecer y construir el liderazgo en nuestros esposos.

“Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.” Proverbios 31:30 

“El corazón de su marido está en ella confiado…Le da ella bien y no mal todos los días de su vida”, Proverbios 31: 11 y 12.

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