CONDUCTAS ADICTIVAS: ¿QUIÉN MANDA A QUIEN?


Aunque el concepto de “adicción” no está totalmente aceptado para aplicarse a la conducta, sí es claro que algunas personas tienen dependencia hacia un comportamiento definido. Una conducta adictiva o dependiente, es la necesidad imperiosa y descontrolada de realizar una práctica, no poder
controlarla y mucho menos dejarla del todo. Es cualquier faceta obsesiva del comportamiento, a la que se le invierte la mayor parte del tiempo y recursos, volviéndose el eje principal de la vida.
Los ejemplos más conocidos de estas conductas son: adicción al trabajo, al juego, al sexo, las compras, al internet, la televisión, video juegos, la pornografía, la comida y las personas, entre otras.
“…ya que cada uno es esclavo de aquello que lo ha dominado” 2 Pedro 2:19b
Algunos síntomas de la persona con conducta adictiva:
· Se sienten deprimidas y aburridas cuando no la practican.
· Mienten sobre el tiempo y recursos que invierten en la adicción.
· Quieren pasar o estar "unos minutos más", sin querer estar con otras personas o haciendo otras actividades.
· Se enfurecen si los interrumpen.
· Descuidan sus necesidades físicas, emocionales o espirituales.
· Postergan sus obligaciones, se vuelven irresponsables.
· Sienten culpa cuando la practican.
Estas conductas dañan la vida personal y familiar de un individuo, porque se descuidan los deberes y se alteran las prioridades, perjudicando así su trabajo, su salud, su relación con Dios y con los demás.
“Todo me está permitido, pero no todo es para mi bien. Todo me está permitido, pero no dejaré que nada me domine” 1 corintios 6:12
No es fácil aceptar que hay una dependencia hacia algún comportamiento, porque existe una línea muy delgada que separa la pasión con la adicción, y mucho menos querer recibir ayuda del cónyuge o la familia. Reconocer y aceptar el problema es el primer paso para liberarse; el segundo, tomar una actitud de “no más”.
Al tomar la decisión de querer ser libre de cierta conducta, debe enfrentar la ansiedad que produce no realizarla, la persona necesitará una voluntad firme para cambiar hábitos y hacer nuevas actividades, donde será indispensable el apoyo de la familia y el acompañamiento espiritual a través de la oración y la meditación de la Palabra de Dios.

Cuando nuestra vida no está gobernada por Jesucristo, sino que la controla algo distinto a Él, estamos en pecado. Es por eso, que para poder ser libre de una adicción, es indispensable que durante el tiempo de oración, el afectado renuncie al pecado de esclavitud y se arrepienta delante de Dios de su conducta, pidiéndole al Espíritu Santo que le ayude a vencer todos los obstáculos que se le presenten en el proceso y lo fortalezca para poder aplicar los cambios necesarios para avanzar y así experimentar el poder de Dios para salir victorioso de su esclavitud.
“Sabemos que nuestra vieja naturaleza fue crucificada con él para que nuestro cuerpo pecaminoso perdiera su poder, de modo que ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado” Romanos 6:6
El cónyuge de una persona con esta dificultad, se siente rechazado, desplazado e impotente, se reduce el compañerismo y sus necesidades no están satisfechas. En ese punto se hace muy importante buscar la ayuda de Dios, pidiéndole que sea Él quien llene todos los vacios e interceda por su cónyuge para que con el poder de Su Santo Espíritu, sea trasformado.
Reflexión:
Puede que su pasión aún no sea una adicción. Revise el tiempo y el dinero que invierte en sus actividades y que cosas está poniendo por encima de Dios, de su familia y de su bienestar; hacerlo ahora le ahorrará muchos dolores de cabeza.
“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé” Jeremías 29:11-12

1 comentario:

Predicas Cristianas en Video dijo...

Excelente reflexion, es muy fácil cambiar nuestras prioridades por la emocion del momento, una forma de evitarlo es revisar en que cosas hemos sido negligente la semana anterior principalmente con nuestra relacion con Dios y familia y planear en la siguiente semana alguna actividad orientada a suplir esa negligencia.

Bendiciones