Y… ¿CUÁL ES TU TEMPERAMENTO?

Aunque nadie tiene un temperamento exclusivo, podemos decir que existen cuatro temperamentos básicos. Es muy importante identificar cual es su temperamento y el de su cónyuge, para potenciar las fortalezas y habilidades de ambos, así como entender y poder transformar, con la ayuda del Espíritu Santo, las debilidades de cada uno.

SANGUINEO:

Fortalezas: Alegre, comunicativo, no le aflige el futuro, tiene chispa, hace amigos, es acogedor, optimista, sincero. Inspira entusiasmo, siente alegrías y tristezas de otros como suyas.

Debilidades: Impulsivo, evidente, depende de la aprobación de los demás, se olvida de sus compromisos. Es desorganizado, No termina sus proyectos, se distrae con facilidad.

Su mayor necesidad: Debe pedirle al Espíritu Santo que le ayude a terminar sus proyectos, a ser mas organizado, más productivo y responsable, a saber que necesita la aprobación de Dios y no otra.

COLERICO:

Fortalezas: Seguro, firme en sus decisiones, voluntarioso, perseverante, optimista, atrevido, líder natural, organizado, capaz y talentoso. Se propone metas y las alcanza.

Debilidades: Es terco, frío, cortante, impetuoso, autosuficiente, autoritario, poco analítico, poco simpático, le cuesta pedir disculpas, difícil de complacer.

Su mayor necesidad: Que el Espíritu Santo le ayude a tener un corazón compasivo, perdonador; a ser menos sarcástico y dictatorial, a estar más dispuesto a escuchar a los otros y ser más tolerante.

MELANCOLICO:

Fortalezas: Analítico, reflexivo, sensible, constante, preciso, creativo, cauteloso, perfeccionista, talentoso e intelectual, amigo sacrificado, conoce sus limitaciones, termina lo que empieza.

Debilidades: Sufrido, crítico severo, teórico, susceptible, desconfiado, preocupado por lo que piensan los demás, puede explotar con ira, analiza las cosas en exceso.

Su mayor necesidad: Que el Espíritu Santo le ayude a ser menos exigente y superar su espíritu crítico. Debe entender que Dios quiere su disposición y no su perfección.

FLEMATICO:

Fortalezas: Confiable, equilibrado, de buen carácter, de pocas palabras, tranquilo, conciliador, diplomático, pacificador, práctico, sencillo y conservador, planifica su trabajo.

Debilidades: Es pesimista, pasivo, indiferente, temeroso, se preocupa con facilidad, no manifiesta fácilmente sus emociones, huye de los compromisos, terco, resiste los cambios.

Su mayor necesidad: Que el Espíritu Santo le ayude a superar su pasividad y sus temores, a enfrentar sus retos, a no aparentar que esta bien cuando hay tormenta. A no desperdiciar oportunidades de servir a Cristo a causa de su temor.

“Quien no controla su carácter, es como una ciudad sin protección” Proverbios 25:28 (Biblia Lenguaje Sencillo)

¿Con cuál se identifica usted y con cuál identifica a su cónyuge?

Si identificamos nuestro temperamento, estaremos mejor equipados para reconocer las oportunidades y evitar que las debilidades anulen el potencial que Dios nos ha dado. Entenderemos mejor las actitudes de nuestro cónyuge y esto mejorará nuestra relación de pareja.

Lahaye Tim, manual del temperamento: Descubra su potencial

!GRACIAS MI AMOR!


“Al ver eso, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿No eran diez los que quedaron sanos? ¿Por qué sólo este extranjero volvió para dar gracias a Dios?" Lucas 17:17,18

La gratitud es una virtud que nos conduce a reconocer y estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o querido hacer. Requiere de disposición y atención para practicarla, se cultiva todos los días hasta que se vuelve un hábito.

¿Por qué perdemos la virtud de tener un corazón agradecido? Porque nos acostumbramos a recibir de las personas con las que tenemos mayor contacto favores que con el tiempo se vuelven obligación y no un beneficio para nosotros.

Así sucede en el hogar. Dar las gracias al esposo o esposa no nos parece tan necesario, porque pensamos que hace lo que le corresponde y está cumpliendo con su deber. Por ejemplo: El lleva a su esposa diariamente al trabajo o ella le prepara los alimentos diariamente, pensamos equivocada e inconscientemente: ¡no hay nada que agradecer, es su obligación!

Es paradójico que seamos más agradecidos con las personas ajenas a nuestro hogar y que nos hacen algún favor.

Decir un simple “gracias” es recompensar al cónyuge por su labor, es hacerle saber lo importante que fue para nosotros su detalle o favor y animarlo para que siga haciendo actos que causan nuestro agrado.

Si analizamos las pequeñas y grandes cosas en las que nuestro cónyuge interviene para facilitar nuestra comodidad, seguramente encontraremos muchos motivos para estar agradecidos.

Gracias por escucharme, por prepararme los alimentos, por cuidar de nuestros hijos, por ayudarme, por tus consejos, por orar por mí, por estar a mi lado, por tu comprensión cuando me enojo…

Expresar con palabras y detalles nuestro agradecimiento, es llenar de calor, de ternura, de amabilidad y de alegría nuestra relación de pareja. Obviamente cuando hacemos lo que nos corresponde, no debemos esperar algo a cambio, pero una expresión de reconocimiento de la persona que amamos puede ser el mejor estímulo para hacerlo cada vez mejor.

Además, la gratitud proporciona bienestar porque nos lleva a reconocer que todas las personas que nos rodean tienen algo bueno para darnos y nos ayuda a descubrir lo bueno que tenemos y agradecerlo, en lugar de lamentarnos por lo que no tenemos.

Es tan importante la gratitud, que hace parte de la voluntad de Dios:

“Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”. 1 Tesalonicenses 5:16,18

REFLEXION:

¿Le ha expresado últimamente su gratitud

a Dios y a su cónyuge?

Sea agradecido con Dios que le da todo lo que tiene, y le será más fácil serlo con las personas que le rodean.

Para tener motivos de gratitud con su cónyuge, esté atento a todas las cosas que hace para usted, deténgase, valore y disfrute los momentos de tranquilidad y alegría espontánea y sencilla. No pierda su capacidad de agradecimiento ante lo aparentemente pequeño e insignificante.

Propóngase diariamente decir “gracias” y haga de la gratitud un estilo de vida

NO, GRACIAS... YA TENGO UNA

Cuando una pareja se casa deja su hogar paterno para formar uno nuevo, con la esperanza de ser mejores esposos y padres. Con esta buena intención algunos matrimonios caen en formas erradas en el trato a su cónyuge: se sienten instintivamente padre o madre.
En su afán de proteger y cuidar al otro, confunden el papel de esposos, convirtiéndose en la madre o el padre que reclama el derecho a ordenar, disciplinar y ser obedecido.
Lo que menos quiere un esposo, es una nueva mamá que le este diciendo todo el tiempo, con frases repetitivas, qué debe y cómo lo debe hacer. Sin alcanzar cambiarlo, sino ofuscarlo.
Una esposa no busca el reemplazo de un padre que no confía en sus decisiones, imaginando que es incapaz de hacer las cosas por si misma, subestimando sus capacidades.

EXPECTATIVAS ¿REALES O IDEALES ?

-Estoy muy desilusionada porque no me llevaste a cenar en mi cumpleaños.
-Yo pensé que con el regalo que te di, estarías feliz.
-Pero yo esperaba que me llevaras a cenar. Tú deberías saberlo.
Escenas como estas ocurren a diario en una relación de pareja. Queremos que el cónyuge actúe de cierta manera y haga las cosas en la forma que nosotros esperamos. Decimos frases que imprimen nuestro criterio sobre lo que el otro debería hacer o decir: “Porqué dijiste eso…”, “Y cómo no pensaste en…”, “Lo hubieras hecho así...”, “No me haces caso”.
Cuando tenemos la expectativa de que suceda algo que estamos esperando que el otro realice y no lo hace, viene la desilusión, la frustración y hasta el resentimiento. Estos sentimientos no son producto de lo que hace o deja de hacer mi cónyuge, sino de lo que yo espero de él.
La realidad es que mi pareja no es igual a mi, no piensa lo mismo que yo, no ve las cosas de la misma manera que yo, ni sus expectativas son iguales a las mías. Estamos casados con una persona que ve la vida de una forma diferente, que piensa y actúa de acuerdo con su educación, su formación y personalidad; que puede cambiar de parecer de acuerdo con factores tales como: temperamento, estado de ánimo, problemas laborales o de salud, dificultades adversas.
La verdad es que cuando imponemos nuestras expectativas personales y demandamos que las cosas sucedan como queremos, estamos siendo orgullosos y egoístas.
Las expectativas no son malas, lo malo es esperar que el cónyuge adivine y haga todo lo que esperamos y sentimos.

LA INTIMIDAD SEXUAL

La intimidad sexual es uno de los pilares más importantes para la supervivencia de un matrimonio. Es el regalo que Dios le obsequia a la pareja, el día de su boda. La intimidad sexual implica:

Entrega: La intimidad demanda rendición total, darse a sí mismo sin condición, es por eso que la verdadera intimidad sólo sucede como fruto del amor. Si hay una entrega parcial, se convierte en un simple acoplamiento físico.

Unidad: Cuando una pareja se une en la intimidad, hay entrega total de su cuerpo mente y espíritu. Los cuerpos se funden en uno solo, la mente y el espíritu se conectan, son dos seres que se vuelven uno.

Servicio: La intimidad no es un acto egoísta, no proporciona un deleite unilateral. Tiene como fin que uno se ponga al servicio del otro para complacerlo y si cada uno se fija este propósito, ambos lograrán que cada encuentro sea inolvidable.


MODELOS: IMAGEN Y ESTÍMULO

“Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1 corintios 11:1
La imitación es uno de los motores esenciales para que el ser humano aprenda conducta y comportamiento. Observamos a las personas que son importantes y destacadas para nosotros como lideres, jefes, amigos, artistas y personajes públicos y los imitamos. Este aprendizaje se da toda la vida, pues siempre hay personas que admiramos y de quienes aprendemos.

Así como aprendemos por imitación, también otros aprenden de nosotros por imitación, somos aprendices y maestros todo el tiempo, de ahí la importancia de ser buenos modelos para nuestro cónyuge y nuestros hijos. Con nuestra conducta y carácter, enseñamos a todos los miembros de nuestro hogar, valores morales y espirituales, que tal vez en ninguna otra parte van a recibir.



¡FELICITACIONES!


A los matrimonios que:

  • Se sirven uno al otro y quieren servir a los demás.

  • Trabajan día a día en el fortalecimiento de su matrimonio.

  • Son testimonio de unidad para su familia y para otros matrimonios.

  • Honran con sus bienes a Dios.

  • Oran juntos para sortear las dificultades y para agradecer las bendiciones.

  • Aman y obedecen a Dios.

OTRA CARA DE LA INFIDELIDAD

“Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo” Eclesiastés 3:1 (NVI)

La infidelidad no sólo se reduce a lo sexual, también es anhelar intimidad con otras personas o cosas que excluyen al otro. Es todo lo que se ponga en el lugar que le pertenece al esposo o esposa. Es el incumplimiento del compromiso adquirido en el pacto matrimonial.

REFLEXIONE:

¿Qué puede estar en el lugar que le pertenece a su cónyuge? ¿Hay equilibrio en la distribución y calidad del tiempo que le dedica a su pareja?

- Trabajo: Cuando la labor diaria ocupa un lugar más importante que su cónyuge, cuando el tiempo que le pertenece a su pareja se lo entrega al trabajo, puede estar siendo infiel. Debe estar atento en la época donde su trabajo le demanda mas tiempo, para que intensifique la excelencia de su entrega cuando esté a solas con su pareja.


LA REGLA DE ORO

“Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.” Mateo 7:12

Esta es una propuesta del amor cristiano, que significa tratar al otro con el respeto y la dignidad con que quiero ser tratado. Supone de un arduo trabajo, es renunciar en muchas ocasiones a lo que quiero, para dar al otro lo que necesita. Dios espera que este mandato también se aplique a la relación matrimonial, parafraseando podríamos decir: “Trate a su cónyuge tal y como quieres que él te trate a ti”

Trátelo mejor de lo que el o ella lo trata a usted: No haga lo mínimo por su cónyuge, esfuércese por ir mucho más allá. Aproveche cada oportunidad para hacer más de lo esperado. Así su relación será más satisfactoria.


LENGUAJES DEL AMOR


CADA UNO SE SIENTE AMADO EN FORMA DIFERENTE

Existen cinco lenguajes del amor básicos que las personas hablan y entienden. Pueden ser diferentes en cada uno de nosotros y es muy importante conocer cuál es el suyo y el de su pareja, con el fin de llenar sus necesidades.

¿CÓMO LE GUSTARIA A SU PAREJA
QUE USTED LE EXPRESARA SU AMOR?

1 Lenguaje: Las Palabras de Afirmación.

Decir palabras de afirmación es dar aliento y seguridad. Para usar este lenguaje debe conocer que es lo más importante para su cónyuge, ¿Qué le gusta?, ¿Qué necesita? ¿Qué quiere que le reafirmes con palabras? la buena comunicación manifiesta bondad, saber pedir pero no demandar.

2 Lenguaje: Tiempo de Calidad.

Es tener espacio con la pareja para sentarse a conversar, darle ratos a solas en actividades en las que ambos tengan interés, es tener la atención completa en el otro. Es escuchar los sentimientos del otro, sus necesidades, pensamientos y experiencias.


COMUNICACION:¿COMO LA USO… EDIFICO O DESTRUYO?

Para lograr una buena comunicación, no basta ser buenos para escuchar y expresar. Su contenido forma parte integral de una buena relación con los demás. Revise su hablar, porque con las palabras usted:

Anima o acobarda: Tu cónyuge necesita ser animado cuando tenga dudas, cuando haya perdido la iniciativa o cuando aplace las cosas. Sea usted su inspiración.

Repara o derriba: La relación de pareja necesita ser reparada constantemente. Con sus palabras puede enmendar el agravio dado o perdonar la ofensa recibida.

Consuela o hiere: En los momentos de aflicción usted puede aliviar la tristeza, el dolor o cualquier otro sentimiento que le cause angustia a su cónyuge.


COMUNICACION 2: !QUIERO EXPRESARME!


Así como escuchar es muy importante, saber expresar lo que sentimos también es parte de la buena comunicación. Ponga en práctica estas recomendaciones:


1. Elija el lugar y el momento adecuado: En ocasiones, la comunicación puede irse al traste si no ha elegido el momento adecuado. El ambiente debe ser acorde con el tema a tratar, por ejemplo, si es una conversación que tiene que ver con pedir explicaciones o tomar decisiones, la intimidad debe ser primordial Si nota que la conversación se escapa de sus manos es apropiado decir: “podemos seguir discutiendo esto en… o más tarde”.

2. Trate los temas de uno en uno: No "aprovechar" que se esta hablando de un tema, para tratar de solucionar otros. Por ejemplo si el tema de conversación es el presupuesto familiar no aproveche para reprocharle su forma de administrarlo.

3. Sea breve: Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha, produce la sensación de ser tratado como un niño y corre el riesgo de ser tildado como “cantaletoso”. Sea específico, concreto, preciso, es una de las normas principales de la comunicación, porque permite avanzar.


Comunicación: ¡Quiero escucharte!

Para que la comunicación dentro del matrimonio fluya apropiadamente ambos cónyuges deben ser buenos para escuchar. Ponga en práctica estas recomendaciones:

Observe a su cónyuge. Sus ojos deben observar el lenguaje corporal de su pareja para comprender sus sentimientos. Sus expresiones pueden decir más que mil palabras. No haga ningún otro trabajo mientras su cónyuge le está hablando. No solo escuche con sus oídos, sino con todo su ser.

Hágale preguntas. El hacerle preguntas le ayudará a entender mejor lo que le está diciendo: “Cuéntame”, “y que paso”, Verifique con preguntas como: "Quieres decir que...", "lo que sentiste fue..." para saber si esta comprendiendo y no malinterpretando lo que dice.