Comunicación: ¡Quiero escucharte!

Para que la comunicación dentro del matrimonio fluya apropiadamente ambos cónyuges deben ser buenos para escuchar. Ponga en práctica estas recomendaciones:

Observe a su cónyuge. Sus ojos deben observar el lenguaje corporal de su pareja para comprender sus sentimientos. Sus expresiones pueden decir más que mil palabras. No haga ningún otro trabajo mientras su cónyuge le está hablando. No solo escuche con sus oídos, sino con todo su ser.

Hágale preguntas. El hacerle preguntas le ayudará a entender mejor lo que le está diciendo: “Cuéntame”, “y que paso”, Verifique con preguntas como: "Quieres decir que...", "lo que sentiste fue..." para saber si esta comprendiendo y no malinterpretando lo que dice.

No interrumpa. La mayoría de las veces que hay interrupciones, se cambia la dirección del tema. Los comentarios del otro pueden generar temor de seguir hablando o desviar la conversación para explicar razones o defenderse, dejando temas inconclusos. El que escucha podrá pensar que si no dice lo que piensa en ese momento se le olvidará, pero puede anotar las inquietudes y reservarlas para cuando llegue su turno.

No cambie el tema de la conversación. Cuando llegue su turno para hablar no cambie el tema a menos que su cónyuge lo desee. Si usted permite que esto suceda, su cónyuge puede pensar: “no le importa lo que estoy diciendo”

Exprésele interés por lo que dice. No se quede como una momia mientras le habla. No basta sentir interés, demuéstreselo. No se trata de mostrarle alegria o simpatia, más bien pongase en el lugar de su conyuge y aunque no este de acuerdo con su posición, puede decirle: "entiendo lo que sientes", "noto que...", "no has pensado que...". Lo que su pareja quiere comunicarle es importante y desea compartirlo con usted, no desprecie ningún tema.

Respóndale apropiadamente. Es muy importante que cuide sus palabras al responder. Sus comentarios deben ser honestos, pero hay que saber decirlos. Puede expresar la misma idea de dos formas, con violencia o con amor “No fue lo que dijo, fue como lo dijo”.

“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” Santiago1:19 (NVI)REFLEXION

Un mal interlocutor:
-Voy al Centro Comercial ¿Quieres acompañarme?
-Que invitación tan aburrida
-Ahh, nada de lo que hago te gusta.

Un buen interlocutor:
-Voy al Centro comercial. ¿Quieres acompañarme?
-¿Qué quieres ir a comprar?
-Hay promociones y quiero aprovecharlas.
-Estoy un poco cansado, ¿porque no invitas a tu amiga?

Cuando aprendemos a escuchar, aprendemos a dialogar.

Escuchar bien, evita malos entendidos y conflictos.

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