Infidelidad Emocional (2)

Caso 1. Rebeca está casada hace diez años y dice que su esposo es muy sensible y afectuoso en la cama. A Craig siempre le ha interesado mi placer sexual tanto como el suyo. Siento que es importante para él que yo tenga un orgasmo, así que la mayoría de las veces mientras estamos haciendo el amor, cierro los ojos y me imagino que estoy con otro hombre. No es alguien que conozca, ni nada por el estilo. Es solo una cara y un cuerpo imaginario que me excita porque no lo conozco y eso me da una sensación de peligro, ¿sabes? El solo pensar que un extraño me seduce en algún lugar exótico me da ganas de tener relaciones. No puedo lograr tener estas ganas si lo único que hago es estar sentada en la casa con mi esposo. No es que él no sea atractivo, simplemente me excita más imaginarme una aventura peligrosa con alguien al que no tengo que recogerles del piso los calcetines.

Caso 2. Carol es una mujer muy atractiva de unos cuarenta y cinco años, casada hace veinte años. Ella y su esposo, Chris, son líderes en la iglesia y trabajan como «consejeros matrimoniales» con parejas de la congregación que necesitan ayuda en su relación…  Hace algunos meses, Carol recibió una llamada de Steve a eso de las nueve de la noche… Era bien sabido que la esposa de Steve era alcohólica, y en esa noche en particular, su estado de ebriedad había devastado a Steve y lo había hecho buscar protección. Le preguntó a Carol si podía ir a su casa para hablar un rato con ella y con Chris. «Era lo bastante sensata como para no invitar a Steve a mi casa cuando Chris no estaba. Después de todo, era un hombre en un estado muy vulnerable y era muy atractivo. En cambio, le sugerí que nos encontráramos a tomar un café en una cafetería del lugar… Hablamos hasta después de medianoche y le sugerí que oráramos juntos y volviéramos a nuestras casas ya que el lugar iba a cerrar". Cuando Carel inclinó la cabeza con las manos en el mantel, sintió cómo las manos fuertes de Steve envolvían las suyas y escuchó cómo derramaba su corazón en oración. «Señor, ayuda a mi esposa a ver lo que podría ser si dejara de tomar. Ayúdala a ser más paciente, amable y afectuosa... como Carol». Meses después, Carol aún se imagina cómo sería acercarse mas a Steve. Es más, las cosas entre ella y Chris se han tornado tensas, ya que Carol se enoja o se deprime sin motivo aparente.

Caso 3. Hace siete años que Lacy se casó y tiene dos hijos pequeños. Aunque se llevaba muy bien con su esposo, David, cuando eran novios, las cosas han ido empeorando en forma constante en su matrimonio debido a presiones financieras… Lacy se queja: Lo único que David quiere hacer es trabajar, venir a casa a comer e irse derecho a la cama. No muestra mucho interés en pasar tiempo conmigo ni en ayudarme con los chicos. Menos mal que no queremos más hijos porque ya casi nunca hacemos el amor. Me pongo celosa cuando veo a otros esposos de compras con sus esposas, en la iglesia con sus familias, con sus hijos en el parque o haciendo cosas por el estilo… Aunque sé que nunca voy a divorciarme porque tome mis votos matrimoniales muy en serio, a menudo me pregunto si David se morirá antes que yo, así quizá algún día tenga la oportunidad de tener un matrimonio más feliz con un esposo de mayor éxito y atento.


Aunque no se podría juzgar a ninguna de estas mujeres en un tribunal de justicia por infidelidad y condenarlas por adulterio, ¿no han estado sembrando semillas de concesión? ¿O acaso la infidelidad emocional y mental no compromete nuestra integridad sexual? 

La Escritura nos advierte acerca de esto mismo:

Habéis oído que se dijo: ``NO COMETERAS ADULTERIO. Pero yo os digo que todo el que mire a una mujer [hombre]´´ para codiciarla ya cometió adulterio con ella [él]en su corazón. Mateo 5:28

[La] que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción. (Calaras 6:8) 

Cada [una] es [tentada] cuando sus propios malos deseos [la] arrastran y seducen. Luego, cuando el deseo ha concebido, engendra el pecado; y el pecado, una vez que ha sido consumado, da a luz la muerte. (Santiago 1:14-15)


En estos pasajes tenemos el llamado a vivir una vida de rectitud. Este es el principio: Si perseguimos deseos carnales, con el tiempo acabarán con nosotras y nos llevarán indudablemente a una vida de pecado. Cuando sembramos semillas emocionales y mentales de concesión, cosechamos destrucción en nuestras relaciones.

Tomado de: La batalla de cada mujer, Shannon Ethridge

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