Afirmaciones de una verdadera mujer cristiana


  • Las Escrituras son el medio autorizado por Dios para instruirnos en Sus caminos y revelan Su patrón para nuestra feminidad, carácter, prioridades, roles, responsabilidades y relación.
  • Glorificamos a Dios y experimentamos Sus bendiciones cuando aceptamos y gozosamente abrazamos la creación de Su diseño, funciones y orden para nuestras vidas.
  • Como pecadoras redimidas, no podemos vivir a plenitud la belleza de nuestra feminidad bíblica, separadas de la obra santificadora del Evangelio y del poder del Espíritu Santo que mora en nosotras.
  • Tanto el hombre como la mujer fueron creados a imagen de Dios y son iguales en valor y dignidad, pero tienen roles y funciones distintos en el hogar y en la iglesia.
  • Estamos llamadas, como mujeres a afirmar y alentar a los hombres en su búsqueda de expresar su masculinidad piadosa, y a honrar y apoyar el liderazgo que Dios ha ordenado en el hogar y en la iglesia.
  • El matrimonio, como fue creado por Dios, es un pacto sagrado, vinculante y para toda la vida, entre un hombre y una mujer.
  • Cuando respondemos humildemente al liderazgo masculino, en el hogar y en la iglesia, demostramos una noble sumisión a la autoridad, que refleja la sumisión de Cristo a la autoridad de Dios, Su Padre.
  • La insistencia egoísta sobre nuestros derechos personales es contraria al espíritu de Cristo, quien se humilló a Sí mismo, tomó forma de siervo y puso Su vida por nosotros.
  • La vida humana es preciosa para Dios y debe ser apreciada y protegida desde el momento de la concepción hasta la muerte.
  • Los hijos son una bendición de Dios; y las mujeres fueron especialmente diseñadas para ser dadoras y sustentadoras de vida, ya sea a sus hijos biológicos o adoptivos, y a otros niños en su esfera de influencia.
  • El sufrimiento es una realidad inevitable en un mundo caído. En ocasiones seremos llamadas a sufrir por hacer lo correcto, mirando la recompensa celestial antes que los deleites terrenales por el bien del Evangelio y el avance del Reino de Cristo. 
  • Las mujeres cristianas maduras tienen la responsabilidad de dejar un legado de fe, discipulando a las más jóvenes en la Palabra y los caminos de Dios y modelando a la siguiente generación vidas de fructífera feminidad.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que oportuna e interesante informacion, a veces se nos hace cuesta arriba ser sumisas, pero es la forma en que agradamos a Dios y podemos cumplir sus propósitos en nuestras vidas,