LA MAYOR NECESIDAD DE LOS HIJOS: SER MOLDEADOS

“No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo” Proverbios 13:24
Nuestros hijos nacen con varias necesidades como amor, cuidado y protección, pero su mayor necesidad es que su carácter sea moldeado. El carácter es el conjunto de cualidades, reacciones y hábitos de comportamiento de una persona, adquiridas en el transcurso de la vida. Los seres humanos no nacemos con un carácter determinado, sino que es moldeado por medio de la educación, la capacitación y la corrección.

La guía:Los padres somos los responsables de moldear el carácter de nuestros hijos, pero para hacerlo de manera acertada necesitamos un patrón moral definido. Aunque abundan los textos sobre este tema, encontramos teorías que cambian con los años, lo que ayer fue bueno hoy no lo es. La única guía por excelencia que ha demostrado ser confiable, inequívoca y veraz es la Biblia.

El modelo:
Como nuestros hijos imitan todo lo que hacemos, se hace indispensable que ellos vean en nosotros lo que queremos enseñarles. Si los padres impartimos buenas instrucciones pero no las acompañamos de buen ejemplo de habla y conducta, nuestros hijos no confiarán en lo que les enseñamos y perderemos credibilidad. El primer paso para lograr que sean personas con un carácter que beneficie la sociedad y los haga personas de bien, es que nosotros como padres estudiemos y meditemos en los principios bíblicos para aplicarlos a nuestra vida y así ser buenos maestros y buenos ejemplos para que ellos sigan.

La autoridad:Nuestros hijos necesitan límites. Aunque usted no lo crea ellos nos analizan todo el tiempo para poder obtener de nosotros lo que quieren. Tenemos la obligación de dejarles muy claro quién tiene la autoridad en la casa, nuestras acciones deben enseñarles todo el tiempo que “ustedes no tienen el control, deben someterse a las reglas y órdenes que como padres hemos decidido implantar”, porque ellos no tienen la madurez suficiente para saber lo que les conviene o para distinguir lo bueno de lo malo.

El amor: Para moldear el carácter se necesita la disciplina, pero para ejercerla es indispensable que vaya apoyada en el amor incondicional, porque de lo contrario resultará en maltrato, violencia y autoritarismo. Nuestros hijos deben tener la certeza de que los amamos, que son valiosos y muy importantes en nuestra vida, por eso nuestras demostraciones de amor no deben ir ligadas a los logros o a la obediencia, sino al hecho de que son nuestros hijos, así cuando los disciplinemos lo recibirán como un acto de amor y no de venganza.

La corrección:Expresar claramente las reglas, las consecuencias de no cumplirlas y los beneficios por respetarlas, es el comienzo de una disciplina formadora; así los hijos, con pleno conocimiento, podrán tomar la decisión de obedecerlas o no. El castigo nunca debe ser usado para descargar ira, enojo o maltrato, por el contrario, para dar una buena corrección es necesario dominar nuestras emociones y escuchar las explicaciones de nuestros hijos; luego, teniendo en cuenta la norma establecida y la consecuencia de violarla, se imparte la disciplina. A veces se hace necesario el castigo físico, como un golpe rápido (en el trasero, donde hay más "relleno protector"), para enseñar al niño que lo que hizo está mal y es inaceptable. Luego de disciplinarlos es necesario que con amor les instruyamos en lo que es correcto y los llevemos a que pidan perdón a Dios y a las personas que ofendieron.

La biblia enfatiza la importancia de la disciplina: “La vara de la disciplina imparte sabiduría, pero el hijo malcriado avergüenza a su madre.” Proverbios 29:15
Dios, como un buen Padre que es, usa la disciplina para llevarnos por el camino correcto: “Ciertamente, ninguna disciplina, en el momento de recibirla, parece agradable, sino más bien penosa; sin embargo, después produce una cosecha de justicia y paz para quienes han sido entrenados por ella.” Hebreos 12:11

Reflexión
Los niños no nacen disciplinados, obedientes y respetuosos, eso hay que enseñárselos desde muy pequeños. Si usted educa a sus hijos en conformidad con los consejos bíblicos, es muy probable que disfrute de verlos convertidos en adultos responsables, íntegros y fieles a Dios. “Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.” Proverbios 22:6

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente enfoque. Cuánta falta hace en los hogares ejercer su rol de guías . En estos tiempos de violencia y falta de valores los responsables directos son los padres sin carácter para amonestar y corregir.