¿Piensas en palabras impronunciables,
en libros antiguos cubiertos de polvo, o tal vez en sermones largos? Si
tuvieses que escoger entre estudiar teología y leer un libro de consejos
prácticos para la vida diaria, ¿qué elegirías?
Para muchas madres como nosotras, la
sola idea de estudiar teología parece estar más allá de lo que podemos manejar
en nuestra vida diaria. Quizá pensemos: "En esta etapa de mi vida, no
puedo aprender teología. Estoy sobrepasada por las tareas diarias de la
maternidad, que consumen todo mi tiempo". Tal vez pensemos que podemos
hacer mejor uso del tiempo leyendo sobre formas de ayudar a nuestro hijo a
dormir, o sobre las mejores opciones nutricionales para nuestro hijo en
crecimiento, o sobre cómo evitar que nuestro hijo en edad preescolar tenga una
rabieta en medio de la fila de la caja del supermercado.