¨Todo lo que necesitas es amor¨, esto cantaban
los Beatles. Si hubiesen cantado sobre el amor de Dios, la declaración
contendría un granito de verdad. Pero lo que la cultura popular suele denominar
amor, no es en absoluto un amor auténtico: es un fraude total. Lejos de ser
“todo lo que necesitas” es algo que debes evitar a toda costa.
El apóstol Pablo trata el mismo tema en Efesios
5: 1-3. Pablo escribió: ¨Sed, pues, imitadores de Dios, como hijos amados. Y
caminad en el amor, como también Cristo nos amó, y se entregó por nosotros, en
ofrenda y sacrificio flagrantes a Dios.
Pero toda inmoralidad sexual, impureza
o avaricia, no deben ser nombradas entre vosotros, como es propio de los
santos¨.
La sencilla orden del verso 2 (¨Y andad en
amor, como también Cristo nos amó¨) resume toda la obligación moral del hombre
cristiano. Después de todo, el amor de Dios es el principio único y primordial
que define completamente el deber del cristiano. ¨Todo lo que necesitas¨ es
este tipo de amor. Romanos 13:8-10 dice, ¨El que ama a su prójimo, ha cumplido
la ley. Los mandamientos se resumen en estas palabras: Amarás a tu prójimo; así
que el amor es el cumplimiento de la ley¨. Gálatas 5:14 se hace eco de esta
misma verdad: ¨Toda la ley se cumple en una sola palabra: amarás a tu prójimo
como a ti mismo¨. De la misma manera Jesús enseñó que todas las leyes y
profetas penden de dos principios básicos sobre el amor, como se explica en el
primero y segundo mandamiento (Mat. 22: 38-40). En otras palabras, ¨el amor… es
el vínculo con la perfección¨ (Col. 3:14NKJV).