Anna Reinhard: una esposa digna de imitar


Anna Reinhard, a la que su marido siempre se refería como “su queridísima ama de casa”, fue la amada esposa de Ulrico Zwinglio. La gente también se refería afectuosamente a ella como “la Dorcas apostólica”, lo cual arroja mucha luz sobre el caritativo corazón de esta alma amable.
Anna nació en 1487 y se convirtió en una hermosa mujer que se casó con John Meyer von Knonau, que procedía de una familia aristocrática, al contrario que ella. Cuando su padre descubrió el matrimonio, le desheredó, dejando a John y a su familia que se apañaran por su cuenta. En 1511, John tuvo que unirse al ejército suizo y viajar a Italia para luchar en la guerra contra Francia. Después de muchas campañas militares, regresó a casa gravemente enfermo y murió poco después, dejando a Anna con tres niños: un hijo y dos hijas.
Esta repentina entrada en la viudez forzó a Anna a cuidar de su familia con sus propios recursos. Luchó mucho para sacar adelante a su familia y educar a sus hijos. Pero Dios no la había olvidado. Cada vez que cierto predicador llamado Ulrico Zwinglio venía a predicar a la ciudad, ella estaba allí. Anna escuchaba atentamente sus palabras, como truenos que provenían del púlpito, y no pasó mucho tiempo antes de que se convirtiese en su pastor. Como una verdadera amante de la Palabra de Dios, Anna siempre estaba ansiosa de oír las Escrituras como él las enseñaba. Al mismo tiempo, el hijo menor de Anna, Gerold, captó la atención de los predicadores. Zwinglio se interesó por llegar a ser su modelo y su mentor, y especialmente lo animó a continuar sus estudios superiores. Le daba clases particulares de latín y griego y, en muchos aspectos, llegó a convertirse en un padre para él. Cuando Gerold tuvo que marcharse a otra ciudad, Zwinglio le escribió todo un libro en el que le animaba en su caminar con el Señor. Y eso fue lo que hizo el muchacho. Rápidamente obtuvo el favor del pueblo en su nueva ciudad y se aseguró una posición muy influyente.