¿Quién soy yo?

Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo.  Éxodo 3:11-12a

¿Quién soy yo?  Antes de conocer al Dios vivo y verdadero éramos, como lo describe romanos 3:1:12

“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno;  No hay quien entienda, No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”

Pero Dios no nos dejó ahí, sino que:

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. Romanos 5:10

Ahora, luego de ser redimidos por su sangre, de ser escogidos y llamados por El, somos sus instrumentos, que aunque de barro, valiosos ante sus ojos. No por nuestros méritos, capacidades o posición, sino por causa de su Hijo santo y amado que nos reconcilió con el mismo.

¿Quién soy yo? Ahora que hemos sido salvados y justificados por su gracia inmerecida, soy el que el Padre escogió, el que el Hijo redimió y el que el Espíritu Santo guía.

¿Quién soy yo? Ahora somos sus hijos por la fe en Jescuctisto, tenemos la seguridad de su cuidado, su protección, su cuidado, su consuelo y la esperanza de la vida eterna.

¿Quién soy yo? Para no corresponder a su amor con mi gratitud, para no alabarlo, para vivir para El, para ponerme a su servicio. Como lo dijo Moisés:

¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

¿Quién soy yo? Para hacer su obra en un mundo hostil que no quiere escuchar de Él. No soy pastor, ni líder, solo un simple redimido por su sangre que trata de no pecar más.

¿Quién soy yo? Para predicar las buenas nuevas del evangelio si no tengo muchos dones, si soy del común.

Ve, porque yo estaré contigo

Somos sus enviados, sus embajadores y ahí está la fortaleza de nuestra labor: su respaldo, su Gracia, su Poder en nosotros y en medio de nosotros. Su presencia hará la diferencia para que podamos hacer la obra que nos asignó a cada uno de nosotros, evangelizando en nuestro hogar, a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, en nuestro trabajo, con nuestros vecinos o donde Él nos lleve a anunciar las buenas noticias de su evangelio, con nuestras obras silenciosas y con nuestras palabras.

 Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9

Animo! Tu redentor vive.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Dios les bendiga,así es Dios estará con nosotros para hacer la obra.

Anónimo dijo...

Muy importante que nuestra identidad solo Dios la conoce ,,y no las hace saber

Anónimo dijo...

Oneidy Jiménez Gonzaley