No puede haber ninguna revelación de Dios como el Dios de
toda consolación, excepto por medio de Cristo. Él es el Depositario de nuestra
consolación, tanto que es llamado “la consolación de Israel” (Lc. 2:25). Cristo
es nuestro consuelo y el Espíritu Santo es nuestro Consolador.
¿Quién puede escuchar estas palabras de ternura y amor que
brotan de sus labios para los corazones dolientes de sus discípulos en víspera
de ser separados de él y no sentir que Cristo es realmente la consolación de su
pueblo? “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En
la casa de mi Padre muchas moradas hay” (Jn. 14:1-2).
¿Es por una convicción de condenación? La justicia de Cristo
justifica.
¿Es el poder del pecado en usted? La gracia de Jesús lo
vence.
¿Es por alguna necesitad temporal urgente? Todos sus
recursos se encuentran en Jesús y él ha prometido suplir todas sus necesidades
para que no le falten el pan y el agua.
¿Es su sufrimiento debido al profundo dolor de haber perdido
a un ser querido? ¿Dónde podría encontrar una compasión tan tierna como la del
corazón de Jesús de quien está escrito “Jesús lloró”? (Jn. 11:35).
¿Quién puede consolar
ese dolor más que Cristo? Él puede consolar y lo hace.
¿Corre usted algún peligro o se encuentra ante una
dificultad que parece imposible de superar? Cristo es todo poder y él lo
defenderá contra su enemigo y quitará de su camino la piedra de tropiezo.
¿Alguna enfermedad o declinación en su salud afecta su
espíritu? Aquel que “tomó nuestras enfermedades” (Mt. 8:17) es su consolación
ahora y no lo dejará sufrir solo. Él puede curar su mal con una palabra o
tender su cama en medio de la enfermedad con el sostén de su gracia y las
manifestaciones de su amor, de manera que pueda seguir allí con paciencia todo
el tiempo que a él le plazca…
Tomado de Our God (Nuestro Dios), reimpreso por Soli Deo Gloria, un ministerio de Reformation Heritage Books, www.heritagebooks.org
Tomado de Our God (Nuestro Dios), reimpreso por Soli Deo Gloria, un ministerio de Reformation Heritage Books, www.heritagebooks.org
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