Cuando Dios parece guardar silencio

En un momento de sufrimiento, David se dedicó a hablar con rectitud acerca de cómo debería responder a la luz de la bondad de Dios: “Espera al Señor; esfuérzate y aliéntese tu corazón. ¡Sí, espera al Señor!” (Salmos 27:14, LBLA)
El llamado a esperar en Dios es una invitación a confiar y tener esperanza. Implica creer que un día, incluso si hoy no es ese día, hará todas las cosas bien. En tiempos de espera, mientras buscamos a Dios en oración, debemos aprender a escucharlo a Él y también a hablar con Él, a no oír el ruido y esperar tranquilamente mientras nos revela su persona, sus propósitos, sus promesas y su plan.
Pero ¿qué pasa cuando esperamos y escuchamos, y Dios todavía parece estar callado?

Dios está cerca

En ¿Abandonado por Dios?, Sinclair Ferguson discute lo que nuestros antepasados cristianos llamaron “deserción espiritual”, la sensación de que Dios nos ha olvidado, haciéndonos sentir aislados y sin dirección. Pero, a través de la fe, podemos afirmar la presencia amorosa de Dios, incluso cuando parece estar en silencio y nos sentimos abandonados. “Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros” (Santiago 4:8) es una promesa que Dios no romperá, a pesar de cómo nos sentimos.