Caso 1. Rebeca está casada hace diez años y dice que su esposo es
muy sensible y afectuoso en la cama. A Craig siempre le ha interesado mi placer
sexual tanto como el suyo. Siento que es importante para él que yo tenga un
orgasmo, así que la mayoría de las veces mientras estamos haciendo el amor,
cierro los ojos y me imagino que estoy con otro hombre. No es alguien que
conozca, ni nada por el estilo. Es solo una cara y un cuerpo imaginario que me
excita porque no lo conozco y eso me da una sensación de peligro, ¿sabes? El
solo pensar que un extraño me seduce en algún lugar exótico me da ganas de
tener relaciones. No puedo lograr tener estas ganas si lo único que hago es
estar sentada en la casa con mi esposo. No es que él no sea atractivo,
simplemente me excita más imaginarme una aventura peligrosa con alguien al que
no tengo que recogerles del piso los calcetines.
Infidelidad emocional (1)
Hubo una época en la que tenía
aventuras extramatrimoniales con cinco hombres diferentes.
Primero, fue Scott. Lo conocí
cuando trabajaba de voluntaria en un campamento de verano. Scott era muy
sociable, extrovertido y conversador. Lo primero que me atrajo fue su capacidad
para conversar con cualquiera; no solo me refiero a una conversación
superficial, sino a una discusión profunda y significativa. Si entraba en un
cuarto donde él estaba, me daba toda su atención y me preguntaba cómo iba todo
y cómo me sentía. En comparación, sin embargo, mi esposo era un hombre de pocas
palabras, del tipo fuerte, silencioso.
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