Deberes de una esposa piadosa

EL DEBER DE LAS ESPOSAS.
Juan Bunyan (1628-1688)

Pasando del padre de familia como cabeza, diré una palabra o dos a los que están bajo su cuidado.

Y, primero, a la esposa: Por ley, la esposa está sujeta a su marido mientras viva el marido (Romanos 7:2). Por lo tanto, ella también tiene su obra y lugar en la familia, al igual que los demás.

Ahora bien, hay que considerar las siguientes cosas con respecto a la conducta de una esposa hacia su marido, las cuales ella debe cumplir conscientemente.

Primero, que lo considere a él como su cabeza y señor. “El varón es la cabeza de la mujer” (1 Corintios 11:3). Y Sara llamó señor a Abraham (1 Pedro 3:6).

Segundo, en consecuencia, ella debe estar sujeta a él, como corresponde en el Señor. El apóstol dice: “Vosotras, mujeres, sed sujetas a vuestros maridos” (1 Pedro 3:1; Colosenses 3:18; Efesios 5:22).Ya se los he dicho, que si el esposo se conduce con su esposa como corresponde, será el cumplimiento de tal ordenanza de Dios a ella que, además de su relación de esposo, le predicará a ella la conducta de Cristo hacia su iglesia. Y ahora digo también que la esposa, si ella anda con su esposo como corresponde, estará predicando la obediencia de la iglesia a su marido. “Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo” (Efesios 5:24). Ahora bien, para llevar a cabo esta obra, primero tiene usted que evitar los siguientes males:

Deberes generales de un buen padre de familia

EL DEBER DEL PADRE HACIA LA FAMILIA EN GENERAL.

Juan Bunyan (1628-1688)

El que es cabeza de una familia tiene, bajo esa relación, una obra que realizar para Dios: gobernar correctamente a su propia familia. Y su obra es doble. Primero, tocante a su estado espiritual. Segundo, tocante a su estado exterior.

Ya hemos considerado el estado espiritual de su familia. Ahora veamos su estado exterior.

Segundo, tocante al estado exterior de su familia, usted debe considerar estas tres cosas.

1. Que es su obligación asegurarse de que cuenten con el sustento necesario. “Y si alguno no tiene cuidado de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe negó, y es peor que un infiel” (1 Timoteo 5:8). Observe que cuando la Palabra dice que debe tener cuidado de los suyos, no le da licencia para descuidarlos, ni permite que el mundo entre en su corazón, ni en su cuenta de banco, ni que se preocupe de los años o días venideros, sino que provea el sustento a fin de que tengan comida y ropa; y si cualquiera de ustedes o usted mismo no se contentan con eso, se salen de los límites del gobierno de Dios (1 Timoteo 6:8; Mateo 6:34). De esto se trata trabajar a fin de contar con los medios para “gobernarse en buenas obras para los usos necesarios” (Tito 3:14). Y nunca objete, que a menos que logre tener más, no estará satisfecho, porque eso es falta de fe. La Palabra dice que Dios da de comer a los cuervos, cuida a los gorriones y viste a la hierba. ¿Qué más puede desear el corazón que ser alimentado, vestido y cuidado? (Lucas 12:6-28).

Deberes espirituales de un buen padre de familia

EL DEBER DEL PADRE HACIA LA FAMILIA EN GENERAL.


Juan Bunyan (1628-1688)

El que es cabeza de una familia tiene, bajo esa relación, una obra que realizar para Dios: gobernar correctamente a su propia familia. Y su obra es doble. Primero, tocante a su estado espiritual. Segundo, tocante a su estado exterior.

Primero, tocante al estado espiritual de su familia, ha de ser muy diligente y circunspecto, haciendo lo máximo para aumentar la fe donde ya la hay, y para iniciarla donde no la hay. Por esta razón, basándose en La Palabra, debe con diligencia y frecuencia compartir con los de su casa las cosas de Dios que sean apropiadas para cada caso. Y nadie cuestione esta práctica de gobernar de acuerdo con la Palabra de Dios; porque si la enseñanza en sí, es de buen nombre y honesta, se encuentra dentro de la esfera y los límites de la naturaleza misma, y debe hacerse; con más razón muchas otras enseñanzas de una naturaleza más elevada; además, el apóstol nos exhorta: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad” (Filipenses. 4:8). Poner en práctica este piadoso ejercicio en nuestra familia es digno de elogio, y es muy apropiado para todos los cristianos. Ésta es una de las cosas que Dios tanto encomendó a su siervo Abraham, que tanto afectó su corazón. Conozco a Abraham, dice Dios, “conozco” que es de verás un buen hombre, porque “Sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová,” (Génesis 18:19). Esto fue algo que también el buen Josué determinó que sería su práctica durante todo el tiempo que viviera sobre esta tierra. “Yo y mi casa serviremos a Jehová” (Josue 24:15).