Charles Haddon Spourgeon
Texto: “Entonces oré al Dios de los cielos.” Nehemías 2:4
… “Pero si he de daros una selección de momentos adecuados, debo mencionar momentos como estos. Cuando quiera que tengas una
gran alegría, grita: "Señor,
convierte esto en una verdadera bendición para mí." No exclamas como
los demás: "Soy un tipo con suerte," sino, "Señor, dame más gracia y más gratitud, ahora que has multiplicado tus
favores." Cuando tienes entre manos una empresa ardorosa o un asunto
pesado, no lo toques hasta que de tu alma haya una dificultad, y te sientes muy
perplejo, cuando los negocios llegan a una encrucijada, o a una confusión que
no puedes desentrañar u ordenar, ora. No es necesario que ocupes un minuto,
pero es maravilloso darse cuenta cuantos nudos se puedan soltar después de una
palabra de oración.
¿Los niños te resultan particularmente molestos,
buena mujer? ¿Te parece que tu paciencia casi se ha agotado debido a las
preocupaciones y las hostilidades? Es el momento de una oración instantánea. Los manejarás en forma
más adecuada y soportarás sus malos comportamientos en forma más tranquila. En
todo caso, tu propia mente estará menos perturbada.