Mi hijo Abraham, quien habla desde la sabiduría de la experiencia y las Escrituras, ha escrito el siguiente artículo: Yo lo leí con lágrimas y risas. Es tan convincente que le pregunté inmediatamente si yo podía compartirlo con la iglesia y la amplia comunidad cristiana. No hay alegría mayor que ver a tus hijos caminando en la verdad—y expresarla tan bien. Lo que sigue es el texto de Abraham intacto. -John Piper
Muchos padres tienen
el corazón destrozado y se sienten completamente frustrados por su hijo/hija no
creyente. Ellos no tienen idea de las causas por las cuales el hijo que criaron
bien toma esas decisiones tan atroces y destructivas. Yo nunca he sido uno de
esos padres, pero he sido uno de esos hijos. Habiendo reflexionado sobre esa
experiencia, ofrezco estas sugerencias para ayudarlo a llegar a su hijo
díscolo.
por Abraham Piper
Cuando tenía 19 años
decidí que sería honesto y dejaría de decir que era cristiano. Al
principio fingia que mi razonamiento era noble y filosófico. Pero en realidad yo
sólo quería beber litros de sangría barata y dormir con todo el mundo. Cuatro
años pasaron de esto y me encontraba encadenado y sentía estupefacto al
ver cuan bajo había caido. Sobre todo cuando estaba sobrio o solo.
Mis padres, que son
firmes creyentes y quienes criaron a sus hijos, así como ningún otros padres
que he visto, se encontraron destrozados y frustrados. Estoy seguro de
que se preguntaban por qué el niño que trataron de levantar correctamente era
un ridículo metedura de pata ahora. Pero Dios estaba en control.
Un martes por la mañana, antes de las 8:00, me fui a la biblioteca a revisar mi e-mail. Yo tenía un mensaje de una chica que había conocido unas semanas antes, y su e-mail mencionaba un versículo de Romanos. Bajé a la Circle K y compré una lata de 40-oz de Miller High Life por $ 1,29. Luego volví a donde yo estaba, enrollé unos cuantos cigarrillos, destapé mi bebida, y empecé a leer Romanos. Quería leer el versículo del e-mail, pero no podía recordar cual era, así que empecé al principio del libro. Cuando llegué al capítulo 10, la cerveza se había acabado, era necesario vaciar el cenicero y yo era cristiano.
La mejor manera que
conozco para describir lo que me pasó esa mañana, es que Dios hizo posible para
mí que yo amara a Jesús. Cuando Él lo hace posible y al mismo tiempo te da una
idea de la verdadera maravilla de Jesús, es imposible resistirse a su llamado.
Mirando hacia atrás
en mis años de rechazar a Cristo, ofrezco estas sugerencias para ayudarle a
llegar a su hijo rebelde, para que ellos, para que también despierten al poder
asombroso de Cristo para salvar incluso al peor de nosotros.
1. Guíelos hacia
Cristo.
El problema real de
sus hijos rebeldes no son drogas, sexo, cigarrillos, pornografía, pereza,
delitos, groserías, dejadez, homosexualidad o pertenecer a una banda de rock
punk. El problema real es que ellos no ven a Jesús claramente. Lo mejor que
usted puede hacer por ellos—y la única razón para considerar cualquiera de las
siguientes sugerencias—es mostrarles a Cristo. Este no es un proceso sencillo
ni inmediato, pero los pecados en las vidas de ellos que lo mortifican a usted
y los destruyen a ellos solamente empezarán a desvanecerse cuando vean a Jesús
como realmente es.
2. Orar.
Solamente Dios puede
salvar a su hijo o hija, por lo tanto continúe pidiendo que Él se presente ante
ellos en una forma que ellos no puedan resistirse a adorarlo.
3. Acepte que algo
anda mal.
Si su hija rechaza a
Jesús, no aparente que todo está bien.
Para cada hijo falto
de fe, los detalles serán diferentes. Cada uno necesitará que sus padres
lleguen a ellos de formas únicas. De todos modos, lo que nunca es aceptable es
que no lleguemos para nada a ellos. Si su hijo es incrédulo, no lo ignore. Las
vacaciones podría ser más fáciles, pero la eternidad no lo será.
4. No espere que
ellos sean como Cristo.
Si su hijo no es
cristiano, no actuará como tal.
Usted sabe que él ha
abandonado la fe, por ende no espere que él viva bajo las normas con las que
usted lo crió. Por ejemplo, usted podría estar tentado a decir: “Yo sé que
estás luchando con la fe en Jesús ¿pero podrías al menos admitir que
desperdiciar un día es pecado?”
Si él está luchando
por creer en Jesús, entonces tiene muy poco sentido admitir que la ebriedad es
mala. Usted desea protegerlo, sí. Pero el problema más grave es la incredulidad
de él—no ir a fiestas. Sin importar cómo se manifieste la incredulidad de su
hijo en su comportamiento, usted siempre debe asegurarse de enfocarse más en la
enfermedad del corazón que en sus síntomas.
5. Déles la bienvenida a casa.
Dado que la
preocupación más importante no son las acciones de su hijo sino su corazón, no
imponga demasiados requisitos para que regrese a casa. Si él tiene una mínima
idea de estar con usted, es Dios que le está dando una oportunidad de guiarlo
nuevamente hacia el amor de Jesús. Obviamente, existen momentos en los cuales
los padres deben dar ultimátum: “No regreses a esta casa si...” Pero estos
serán muy raros. No disminuya la posibilidad de una oportunidad de estar con su
hijo debido a demasiadas reglas.
Si su hija huele a
hierbas malas o como un cenicero, rocíe su chaqueta con un desodorante y cambie
las sábanas cuando ella salga, pero déjela volver a casa. Si descubre que su
hija está embarazada, cómprele ácido fólico, llévela a realizarse el
ultrasonido a las 20 semanas, protéjala de Planned Parenthood (maternidad
responsable) y por todos los medios déjela que regrese a casa. Si su hijo está
quebrado porque derrochó todo el dinero que usted le prestó en mujeres libertinas
y alcohol caro, perdónele su deuda así como usted ha sido perdonado, no le dé
más dinero, y déjelo regresar a casa. Si él ha estado fuera durante una semana
y media porque estaba en la casa de su enamorada, o enamorado, ruéguele que no
siga alejado y permítale regresar a casa.
6. Implorar es mejor
que regañar.
Sea amable en su
decepción.
Lo que realmente le
preocupa a usted es que su hija se está destruyendo a sí misma y no que está
violando las normas. Trate a su hija de una forma que le aclare este concepto.
Probablemente ella sea consciente—especialmente si fue criada como cristiana—de
que su comportamiento es incorrecto. Y ella definitivamente sabe que usted
piensa que lo es. Por lo tanto no necesita que le resalten esto. Ella necesita
ver cómo usted va a reaccionar ante su mal comportamiento. Su tolerancia gentil
y su esperanza apesadumbrada le mostrarán que usted realmente confía en Jesús.
La propia conciencia
de ella la puede condenar. Los padres deberían actuar firme y amablemente,
viviendo siempre en la esperanza de que su hijo regrese.
7. Conéctelos a los
creyentes que tienen mejor acceso a ellos.
Hay dos clases de
accesos que tal vez usted no tenga con su hijo: geográfico y relacional. Si su
hijo díscolo vive lejos, trate de encontrar a un creyente confiable en su área
y pídale que contacte a su hijo. Él puede pensar que esto es entrometido,
estúpido u ofensivo, pero vale la pena —especialmente si el creyente que ha
encontrado puede relacionarse emocionalmente con su hijo de una forma que usted
no puede.
La distancia
relacional también será un efecto secundario del abandono de la fe por parte de
su hijo, por lo tanto su relación será tenue y debe ser protegida en la medida
de lo posible. Pero la reprimenda fuerte aún es necesaria.
Aquí es donde puede
ser muy útil otro creyente que tenga acceso emocional a su hijo Si hay algún
creyente en el que su hijo confía y de cuya compañía tal vez disfruta, entonces
ese creyente tiene una plataforma para decirle a su hijo—de una forma en la que
él realmente le preste atención —que se está portando como un idiota. Esto
puede sonar duro, pero es una noticia de última hora que nosotros necesitamos
de vez en cuando, y las personas en quienes confiamos por lo general son las
únicas que pueden darnos una reprimenda dolorosa, por lo que es un regalo para
nosotros.
A muchos chicos
rebeldes les gustaría oír que se están comportando como idiotas—y es raro que
esto pueda ser amablemente señalado por los padres—por ende trate de que haya
otros cristianos en la vida de sus hijos.
8. Respete a sus
amigos.
Honre a su hijo
rebelde de la misma forma que honraría a cualquier incrédulo. Ellos pueden ir
con multitudes con las que usted nunca consideraría hablar o incluso mirar,
pero ellos son los amigos de su hijo. Respete eso—incluso si la relación está
fundamentada en el pecado. Ellos efectivamente son malos para su hijo. Pero él
es malo para ellos también. Nada se solucionará haciendo perfectamente evidente
que a usted no le gustan las personas que él frecuenta.
Cuando su hijo aparezca
en una fiesta familiar con otra novia—una que usted nunca había visto antes y
que probablemente no volverá a ver—sea hospitalario. Ella también es una chica
rebelde y necesita a Jesús.
9. Escríbales correos
electrónicos.
¡Agradezca a Dios por
la tecnología que le permite estar en las vidas de sus hijos con tanta
facilidad!
Cuando lea algo en la
Biblia que lo motiva y lo ayuda a amar a Jesús más intensamente, escriba esto
en dos líneas y envíelas a su hijo. La mejor exhortación para ellos son los ejemplos
positivos de la alegría de Cristo en su propia vida.
No se fuerce cuando
esté escribiendo estas líneas como si cada una tuviera que ser singularmente
poderosa. Simplemente déjelas salir una tras otra, y permita que el efecto
acumulativo de su satisfacción de Dios se almacene en la bandeja de entrada de
su hijo. La palabra de Dios nunca se proclama en van
10. Invítelos a
comer.
Si es posible, no
permita que su única interacción con su hijo sea electrónica. Si puede hacerlo,
reúnase con él en persona. Usted puede pensar que esto es genera mucha tensión
y es incómodo, pero créame que es mucho peor estar en los zapatos de su hijo—él
está experimentando la misma incomodidad, pero combinada con la culpa. Por lo
tanto, si él está de acuerdo en reunirse a comer con usted, agradezca a Dios y
use esta oportunidad.
Puede parecer casi
hipócrita hablar sobre su vida diaria, puesto que lo más importante para usted
es su vida eterna, pero inténtelo de todas formas. Su hijo necesita saber que
usted se preocupa por él en su totalidad. Luego, antes de terminar la comida,
ore para que el Señor le dé el coraje para preguntarle por su alma. Usted no
sabe como él le responderá. ¿Moverá sus ojos como si usted fuera un idiota? ¿Se
enojará y se irá? ¿O Dios habrá trabajado en él desde la última vez que
hablaron? Usted no lo podrá saber mientras no lo intente.
(Aquí tenemos una
nota para los padres de hijos más jóvenes: Establezca ocasiones regulares para
salir a cenar con sus hijos. No solamente será valioso por sí mismo sino
también, si eventualmente entraran en una etapa de rebeldía, la tradición de
reunirse con ellos ya estará instaurada y no parecerá extraño pedirles que
salgan a comer juntos. Si un hijo ha estado saliendo a comer con su padre los
sábados desde que era pequeño, será más difícil para él rechazar más adelante
la invitación del padre, incluso si es un maleducado de 19 años de edad.)
11. Demuestre interés
en sus asuntos.
Es probable que su
hija esté rechazando a Cristo a propósito, entonces la forma en que ella pasa
su tiempo probablemente lo decepcionará. No obstante, encuentre el valor de sus
intereses, si es posible, y motívela. Usted solía ir a la escuela a las
representaciones escolares y a verla jugar al football cuando ella tenía 10
años; ¿que puede hacer usted ahora que ella tiene 20 años de edad para
demostrarle que todavía le importan sus intereses?
Jesús pasó momentos
con recolectores de impuestos y prostitutas y él no tenía ninguna relación con
ellos. Imite a Cristo siendo esa clase de padre que se pone unos tapones en los
oídos y va al club nocturno de la ciudad donde se realiza la presentación del
CD de su hija. Motívela y nunca deje de orar para que ella empiece a usar sus
dones por la gloria de Jesús en vez de la propia.
12. Guíelos hacia
Cristo.
Esto no puede ser
enfatizado en exceso. Este es todo el asunto. Ninguna estrategia por llegar a
su hijo/hija durará mucho si el objetivo primordial no es ayudarles a conocer a
Jesús.
No es que ellos vayan
a ser buenos niños nuevamente; no es que se vayan a cortar el cabello y
comiencen a ducharse; no es que les gustará la música clásica en vez del
deathcore; no es que usted pueda dejar de sentir vergüenza en su estudio
semanal de la Biblia; no es que se vayan a volver conservadores nuevamente en
la siguiente elección; ni siquiera es que usted pueda dormir tranquilo sabiendo
que ellos no van a ir al infierno.
La única razón
definitiva para que ore por ellos, les dé la bienvenida, implore con ellos, les
escriba, coma con ellos o se interese en sus asuntos es que sus ojos se abrirán
a Cristo.
Y no solamente él es
el único punto—él es la única esperanza. Cuando ellos vean las maravillas de
Jesús, redefinirán la satisfacción. Él reemplazará la vanidad patética del
dinero o la alabanza del hombre o la altura o el orgasmo con que están
arriesgando sus eternidades en estos momentos. Solamente su gracia puede
sacarlos de sus peligrosas acciones y unirlos a él con seguridad, cautivos pero
satisfechos.
Él hará esto por
muchos. Tenga fe y no se rinda.
Abraham Piper
Fuentes:
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